jueves, 18 de agosto de 2016

Morir a los 25 y ser enterrado a los 75



En el enlace superior he encontrado un buen video que invita a reflexionar. Su duración es de 4 minutos. Nos recuerda que muchos al llegar a la vejez lamentan lo que no han hecho...e incluso mucho antes se sienten prisioneros.

Es cierto... pero... no solo es cierto...también hay bastante de falsedad en ello. Como en todo... hay diferentes verdades que al final se reconcilian. Frío y caliente no dejan de ser grados de calor.
No basta con querer... falta también poder. Lo que encontramos natural en una persona adulta no lo es en un niño.

No fracasamos si no logramos nuestros sueños... los sueños se realizan cuando estamos preparados. Antes de esto hay un largo camino de preparación... entrenamiento.

Claro que todos queremos superar nuestros miedos y ataduras... cuando descubrimos que tenemos miedos y ataduras. 
Este es el primer paso. Tomar conciencia de algo. Mientras no tomamos conciencia... para nosotros no hay problema.

Una vez tomada conciencia, el segundo paso es el entrenamiento para lograr nuestra meta. No hay que preocuparse... la Vida, al igual que en un momento determinado nos ha mostrado un miedo o atadura, nos irá preparando para superarlos. El entrenamiento no es un paseo... el entrenamiento nos lleva a poder superar nuestros límites... por lo tanto lo vivimos como duro, frustrante... y a veces gratificante. Todo depende del momento del entreno en el que nos hallemos. 

Cuando estamos preparados nada nos puede impedir dar el paso... y mientras tanto sentimos la necesidad de intentarlo. No somos nosotros los que hemos creado la necesidad... la necesidad es la que nos motiva a intentarlo. No hay que competir con nadie... ni con nosotros mismos. Al igual que la semilla a su tiempo se convierte en planta ... y a su tiempo da frutos... el hombre tiene también sus tiempos. Acelerar estos tiempos muchas veces va en detrimento de la calidad en las plantas... y en el hombre. Afortunadamente la Vida está por encima de las ignorancias humanas. Si se acelera algo, por el medio que sea, es porque la Vida quiere que vivamos esta experiencia y la lección implícita. Tanto puede servir para retroceder algún estadio como para consolidar un avance.

En ciertos estadios de conciencia nos sentimos frustrados... porque no entendemos el proceso. Creemos en lo que se nos dice una y otra vez. 
No hay que ver a quienes los imparten como seres malignos o ignorantes... todos, incluidos nosotros mismos, en cada momento manifestamos lo que somos en este momento. Cuando estamos preparados nada nos echara para atrás... mientras tanto seguiremos el proceso de entrenamiento... y en el proceso pasaremos por diferentes evaluaciones.

El dia que comprendes...y asimilas... que no hay errores, que no hay incapacidades, que no hay incompetencias ni fracasos... ese dia eres libre. No será todo perfecto, pero comprenderás que no tiene porque serlo. Estamos aprendiendo una lección, ni más ni menos. Afortunadamente tenemos infinitas posibilidades y todo el tiempo que necesitemos... o lo que es lo mismo...tantas vidas como sean necesarias para aprender cada lección. Y no, no hay castigo para quienes no superen la lección de una vida... no hay infierno eterno. Sencillamente se repite la lección las veces que haga falta... no se trata de castigar ( algo muy humano) se trata de aprender y comprender. Se trata de Amar y enseñar con amor.

Si, hay personas que cuando se acercan al final de sus vidas sienten que dejaron de vivir a los 25 y que desde entonces han seguido viviendo pero sin sentirse vivos... pues bien... eso es solo una parte del aprendizaje. Triste mientras se experimenta... pero es solo un sentimiento debido al nivel de conocimiento del momento. 

miércoles, 10 de agosto de 2016

La leyenda de la mariposa azul



Cuenta esta leyenda oriental, que hace muchos años, un hombre enviudó y quedó a cargo de sus dos hijas.
Las dos niñas eran muy curiosas, inteligentes y siempre tenían ansias de aprender. Constantemente acosaban a preguntas a su padre, para satisfacer su hambre de querer saber. A veces, su padre podía responderles sabiamente, sin embargo otras, las preguntas de sus hijas le impedían darles una respuesta correcta o que convenciera a las pequeñas.
Viendo la inquietud de las dos niñas, decidió enviarlas de vacaciones a convivir y aprender con un sabio, el cual vivía en lo alto de una colina. El sabio era capaz de responder a todas las preguntas que las pequeñas le planteaban, sin ni siquiera dudar.
Las dos hermanas decidieron hacerle una pícara trampa al sabio, para medir su sabiduría. Una noche, ambas comenzaron a idear un plan: proponerle al sabio una pregunta que éste no fuera capaz de responder.
-¿Cómo podremos engañar al sabio? ¿Qué pregunta podríamos hacerle que no sea capaz de responder?- preguntó la hermana pequeña a la más mayor.
-Espera aquí, enseguida te lo mostraré- indicó la mayor.
La hermana mayor salió al monte y regresó al cabo de una hora. Tenía su delantal cerrado a modo de saco, escondiendo algo.
-¿Qué tienes ahí?- preguntó la hermana pequeña.
La hermana mayor metió su mano en el delantal y le mostró a la niña una hermosa mariposa azul.
-¡Qué belleza! ¿Qué vas a hacer con ella?
-Esta será nuestra arma para hacer la pregunta trampa al maestro. Iremos en su busca y esconderé esta mariposa en mi mano. Entonces le preguntaré al sabio si la mariposa que está en mi mano está viva o muerta. Si él responde que está viva, apretaré mi mano y la mataré. Si responde que está muerta, la dejaré libre. Por lo tanto, conteste lo que conteste, su respuesta será siempre errónea.
Aceptando la propuesta de la hermana mayor, ambas niñas fueron a buscar al sabio.
-Sabio- dijo la mayor- ¿Podría indicarnos si la mariposa que llevo en mi mano está viva o está muerta?
A lo que el sabio, con una sonrisa pícara, le contestó: “Depende de ti, ella está en tus manos”.
Nuestro presente y nuestro futuro está únicamente en nuestras manos. Nunca debemos culpar a alguien si algo falla. Si algo perdemos o si algo conseguimos, nosotros somos los únicos responsables.
La mariposa azul es nuestra vida. En nuestras manos está lo que queremos hacer con ella.
anónimo

domingo, 7 de agosto de 2016

Información dada a cada alma antes de reencarnar




  1. Recibirás un cuerpo, puede gustarte o no, pero aunque no te guste, será tuyo todo el tiempo que estés en la Tierra, es bueno aprender a aceptarlo y cuidarlo  sea cual sea tu opinión sobre él.
  2. Aprenderás lecciones, estarás inscrito de manera permanente en la escuela de la vida, por lo que cada día tendrás la oportunidad de aprender valiosas lecciones. Puedes amar esas lecciones o puedes en cambio considerarlas estúpidas e irrelevantes…
  3. Nunca habrá errores, sólo y únicamente lecciones. El crecimiento es un proceso de ensayo y en el que tenemos que experimentar el error muchas veces. Los experimentos o experiencias fallidas son parte del proceso, así como las experiencias que nos instan a trabajar.
  4. La lección se repetirá hasta que se aprenda, se presentará en diversas formas, y cuando la hayas aprendido te moverás hacia la siguiente.
  5. Las lecciones de aprendizaje son una tarea sin fin. No hay ninguna parte de la vida que no contenga lecciones. Si estás vivo, hay lecciones que deben ser aprendidas y enseñadas.
  6. Algunas veces desearás estar mejor en otro lado,  pero no encontrarás bienestar hasta que entiendas que el aquí es el único lugar.
  7. Los otros son simplemente espejos tuyos. No puedes amar u odiar algo de otra persona a menos que refleje algo que amas u odias en ti mism@.
  8. Lo que haces de tu vida es tu problema. Tienes todas las herramientas y recursos que necesitas. Qué hacer con ellos no es asunto de nadie. La elección es tuya.
  9. Las respuestas a las preguntas de la vida están en tu interior. Sólo tienes que mirar, escuchar y confiar.
  10. Te se olvidará todo esto cuando llegues allí al planeta… y sin embargo será fácil de recordar si conectas contigo mismo a través de la sabiduría celestial. Anónimo.

lunes, 1 de agosto de 2016

Hoy voy a morir

 
Hoy voy a morir...¿Y?
¿Estamos preparados para morir?
La respuesta para muchos es NO.

Y sin embargo todos vamos a morir... y se nos coacciona y aterroriza con adelantar nuestra muerte... o la de un ser querido. 
Y nos desespera la posibilidad de que sea pronto por algún cataclismo o enfermedad.

Cuando alguien acepta que puede morir en cualquier momento...deja de ser vulnerable. 
Ya no valen las amenazas. El tirano de turno deja de tener esclavos a los que coaccionar... y si el tirano somos nosotros mismos por nuestros miedos... sencillamente desaparece y nos convertimos en personas libres.

Durante muchos años, como muchísimas personas en este planeta, vivi con el miedo a la muerte. Sabía que era inevitable... pero cuanto más lejos mejor. Es más... mejor pensar poco en ello.
Tuve que soportar varias operaciones... lo pasaba muy mal. Temía no despertar de la operación...o que no pudieran curarme. Temía el dolor... y temía dejar de ser yo.

Hasta que un dia... no hace mucho tiempo... me di cuenta de que ya no temía a la muerte.

Tenía que afrontar otra operación... y me di cuenta de que si no salía de ella no me importaba.

Me quedé estupefacta.
No tenía miedo. 
¿Tenía que ser ahora? bueno, pues que se le va ha hacer, será ahora.

Mis cosas estaban en orden, no dejaba cuestiones pendientes.
Intente encontrar algo que lamentas no haber hecho... y no lo encontre. Me di cuenta que las cosas que no he hecho... han sido porque elegi no hacerlas. No lamente no haber practicado deportes de riesgo...por ejemplo. No lamente que esto o aquello hubiesen salido de manera diferente... porque con el paso del tiempo ya aprendi que solo se lo que he vivido... lo demás es pura especulación.

Intente encontrar un motivo para seguir un tiempo más... y aquí sí que me dije que no me importaría alargar mi permanencia. 
Me di cuenta de que era muy afortunada... y disfrutar más tiempo de mi fortuna me gustaba. No estaba cansada de vivir... al contrario, tenía muchos motivos para continuar viviendo.
No tenía carencias materiales, vivía rodeada de personas que me aman, me ilusionaba con muchas cosas...

En mi vida habían ocurrido muchas cosas, algunas buenas y otras no tanto. Pero de todas ellas había aprendido. A algunas a las que antes no daba nada de importancia... ahora eran muy importantes. Y algunas a las que di mucha importancia... ahora me parecían completamente banales. Estaba satisfecha con todo lo vivido...y con lo no vivido. 

Me di cuenta... y solté una gran carcajada... que todo por lo que había sufrido, era por el modo en que me había tomado las cosas. Fui yo aceptando o no aceptando una determinada situación la que se provocó bastantes grandes sufrimientos... por no decir todos.

¿Y si me moría en esta operación? pues no lo sabía... pero iría en paz a ella. Ya no temía dejar de ser yo. Ya había comprendido que lo único que se deja es el cuerpo ...o vehiculo...con el que me muevo por aqui.

No comente a nadie este descubrimiento... pero si que fue notado. 
Quienes me aman se extrañaron de que no tuviese miedo. 
No comente el porqué... sentía su alivio ante mi tranquilidad... y era eso lo único que me importaba. A mis allegados les tranquilizaba que yo no sufriera...y a mi me tranquilizaba que no sufrieran ellos por mi.

Me asegure de que todas las personas a las que amo lo supieran... y me sigo asegurando.
Mis cosas continúan en orden e intento no tener muchos frentes abiertos.

La sensación de paz, plenitud y agradecimiento de aquel instante fue grande... y se acabó el miedo. 
Ahora vivo mucho más intensamente mis días, no porque haya cambiado mi manera de vivirlos... sino porque los saboreo. 
Cualquier momento puede ser el último... y un dia lo sera. 
No me aferro a la vida ¡la disfruto! me siento libre, serena y agradecida.

Supongo que este estado puede alcanzarlo cualquiera... pero creo que es mucho más probable si se tienen creencias espirituales. 

Ahora ya se que no me muero... solo  ha llegado el momento de volver a casa ;-)







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