miércoles, 20 de marzo de 2024

 


Llega un día, no te impacientes si aún no te ha llegado, que comprendes.

Si, todo lo que vivimos es parte de nuestro aprendizaje... incluso los errores forman parte de ello.
Ya no los sientes como errores, fueron lecciones muy duras.

De ahí a comprender que, el dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional, solo hay un paso.

Si te das un golpe, por ejemplo, te produce dolor... pero no tienes, además, que crearte sufrimiento... ¿Porqué yo? Todas las desgracias me ocurren a mi.... Esto me impide hacer cosas necesaria...
Tampoco es necesario que te enfades contigo mismo, con quien crees que te lo provoco, con la Vida... o con cualquier persona o cosa que se te ponga delante.

Si quieres sanar el dolor... Ocúpate de reparar los daños, no de buscar culpables.

Si, te has o te han dado un golpe y duele. Como lo vives es tu elección.

Es bueno, cuando te serenas, meditar sobre cual puede ser el motivo de este dolor.
Exactamente ¿como afecta a tu vida?
Quizás descubras que algo, en lo más profundo, te hace ver algún motivo... y si bien no fue el golpe agradable, si era necesario.
Quizás te obligo a tomar un descanso... que no te permitías.
Quizás te hizo replantear como organizas tu vida.
Quizás fue un toque de atención para que estés mas atento.
Quizás necesitabas mimos... y los has recibido.
Los motivos pueden ser muchos... buscarlos requiere ser muy sincero.
Todo, cuesta asimilarlo, tiene un porqué. Una causa inicial. Nada es gratuito.

Volviendo al principio de este escrito.
Si, puedes sentir dolores más o menos persistentes... pero ahora ya sabes que tienen un porqué.
Ya no te creas sufrimientos adicionales.

Que tu experiencia es buena ¡fantástico!
Que tu experiencia duele...
Pues fantástico también... lo de las exclamaciones, en este caso,me parece, son completamente gratuitas.
Son experiencias que necesitas vivir, las dos.
Son aprendizajes que tocan para avanzar en tu camino.
No te fijes en el decorado... busca la esencia.

Te das cuenta de que el sufrimiento ya no forma parte de tu vida.

Es una oportunidad, una más, de que veas lo que vives desde una nueva perspectiva.

A cada peldaño que subes, en tu escalera de la vida... el paisaje es más hermoso, abarcas más espacio, el aire es más limpio, la luz es una maravilla... y tu perspectiva cambia.
A cada nuevo peldaño que alcanzas, la vida... la tuya y la del resto, tiene más sentido.

Cuando algo te duela... intenta recordar que, no necesariamente, has de crearte sufrimiento.


 

La motivación: puede ser honesta o deshonesta.

Si es honesta, el interés es claro, no hay intereses ocultos, se respeta la libertad ajena.

Si es deshonesta... implica seducción o directamente manipulación.

La seducción: es una forma de manipulación... es una forma sutil o amable, de coartar la libertad ajena.
Implica, por interés propio, vender la ilusión de un beneficio ajeno, de manera amable.

La manipulación: para conseguir sus fines, puede utilizar desde la forma sutil hasta llegar a ser muy agresiva y destructiva.

Ejemplo del interés honesto...tu y yo estamos juntos por una motivación sincera, no por una seducción.
Tu y Yo, libremente, elegimos estar juntos, sin necesidad de otras motivaciones que no seamos nosotros mismos.
Las dos partes, nos beneficiamos por igual, sincera y libremente de la relación.

Esta motivación es mucho más duradera, gratificante y enriquecedora.

 


Agradecer es sinónimo de abundancia.

Pedir lo es de escasez.
Si, es seguro que no tenemos todo lo que nos apetece poseer.

Es bueno tener claro si lo que nos falta es: esencial, imprescindible, necesario, útil, prescindible, bonito, innecesario, superfluo o banal... también puede ser perjudicial, que los humanos tenemos tendencias autodestructivas.
También nos clarifica mucho clasificar, lo que si poseemos, de igual manera.

Lo que nos hará sentirnos agradecidos será no olvidar lo que si tenemos... disfrutarlo y si se puede compartirlo... y su valor.


Acabamos tomando conciencia de que llevamos a cuestas un buen cargamento... perfectamente prescindible.

Agradecemos cuando poseemos... o disfrutamos, de bienes que valoramos como imprescindibles.
Los más valiosos suelen ser gratuitos... tal es su valor.

Por ejemplo: podemos comprar bienes materiales... pero no los intangibles.
Podemos comprar una casa... pero no sentirnos felices en ella.
Lo de comprar Amor, Paz, Esperanza, Ilusión... ni te cuento.

Acabamos valorando y agradeciendo la amistad, la salud, los bienes materiales esenciales, la alegria, la serenidad, la familia (no necesariamente de sangre), la naturaleza... y poco más.
Ojala que lo que crees que te falta, no te haga olvidar lo que tienes.

Si la Vida te obsequia con alguno de estos bienes, no renuncies a ellos... disfrútalos sin miedo... porqué es absurdo, si los tienes, renunciar por creer no merecerlos.
El ser humano también tiene tendencia al auto castigo.

 


El mantenimiento y el disfrute.

Para disfrutar de algo, es aconsejable que lo mantengamos en buen estado... si no lo hacemos, el disfrute puede acabar convirtiéndose en una pesadilla.
Nuestro coche, por ejemplo.
Si, nos lleva hacia donde le conducimos, nos protege de las inclemencias del tiempo, podemos disfrutarlo en soledad o compartirlo, sentirnos orgullosos, avergonzados o indiferentes de su aspecto... necesita de cierto mantenimiento y de una serie de gastos, si queremos que nuestra propiedad funcione y perdure.

Cuando es nuevo, los cuidados son mínimos.
Muchas veces, como creemos que funciona bien, los demoramos en el tiempo... abusamos de sus recursos.
Olvidamos que por algo el fabricante da unas pautas.

O por el contrario lo mimamos todo lo que podemos, es un objeto que valoramos mucho... incluso podemos llegar a considerarnos su perfecto reflejo.

El coche, creemos, funciona bien... la realidad es que va acumulando nuestra inexperiencia inicial, los vicios de conducta, nuestra desidia, el sobre esfuerzo al que lo obligamos... si lo hacemos... y el inevitable paso del tiempo, como todo lo perecedero.

Ante la realidad, podemos darnos cuenta de ello, comprender el esfuerzo y el desgaste acumulado, y el porqué... o maldecir al maldito coche y querer cambiarlo por uno nuevo.

Cuando inevitablemente llega su fin, algunos conductores te dirán que han exprimido su vehículo a tope, que han experimentado sensaciones que ni te imaginas, que ante un nuevo vehículo... seguirán la misma pauta.
Adrenalina en estado puro..

Otros pensaran lo mismo... solo variarán las conclusiones finales. Exprimiran... vivirán todas las sensaciones... pero cuidaran más del vehículo.

Otro grupo les envidiara la osadía... quizás no lo reconozcan, pero saben que ellos no se atrevieron por diferentes motivos... y lamentan lo perdido.

También están quienes son los dueños de su vehículo... solo que dejaron que lo condujeran otros... también por diferentes motivos... y les ocurrirá que lo lamentarán o se sentiran satisfechos por ello.

Y aún habrá otro grupo que no habrá actuado como ninguno de ellos, y no lo lamentará en absoluto.
Han disfrutado de su vehículo a su ritmo, a su manera.
Han compartido algunos caminos, se han enorgullecido o lamentado... con decisiones propias y ajenas... y aprendido de ello, no se comparan o lamentan... se sienten satisfechos.

Todos han tenido la opción de contemplar o no el paisaje, compartir o no su espacio, darle más o menos cuidados, desplazarse a diferentes velocidades y por diferentes caminos... diferentes opciones, que llevan a diferentes conclusiones.

Nuestro coche es un símil de nuestro cuerpo, nuestras relaciones... nuestro enfoque de la vida.
Todas las opciones son válidas, todas conllevan experiencias y sensaciones... todas llevan sus aprendizajes y conclusiones.

 

El alma siente, la mente razona

Se que la muerte no es el final

Es el inicio de una nueva etapa, de un nuevo ciclo... al morir solo dejamos el vehículo que hemos usado para desplazarnos .

Esto no lo hace, cuando asistimos en el proceso, más fácil.

He acompañado a cuatro familiares en el momento de su muerte.
Todas las veces me he dicho... por favor no te derrumbes, no puedes permitírtelo.
Quienes habéis pasado por esta experiencia sabéis que hay momentos en que esto es muy difícil. Es un honor... pero también es un suplicio.

Si, ha sido muy duro... al igual que ver impotente el sufrimiento evitable en el mundo. No entiendo como pueden soportarlo personas que solo se creen un cuerpo y una mente perecederos.
Hay un momento, en el tramo final de estas vidas, que lo único que deseas, fervientemente, es que se les acabe, no puedes más.
Y al mismo tiempo sabes que, cuando ocurra ese instante, porque es eso... un instante, ya no estarán, ya no responderán. Se han ido.

Es mi alma, si, MI ALMA, la que siente este dolor... no es mi mente. Mi mente razona, mi alma siente.
Aunque sepa que no es un adiós si no un hasta luego, duele.


Es en momentos como este que solo nos reconforta un abrazo... es un compartir el dolor y sujetarnos para no caernos... aquí no valen regalos u otros placebos.

Sigo a muchas personas, de diferentes disciplinas, que corroboran mi creencia... mi percepción... mis experiencias. Desde diferentes puntos de vista narran la misma certidumbre... solo que no exactamente.

Me gustaría saber con certeza todo el proceso... porqué cada una de estas personas lo cuentan según las suyas propias, y por ello parciales, experiencias.
Es como un puzle, al que le faltan y le sobran piezas.

Vivir enfocado en la materia es un no vivir. Da igual que nos motiven objetivos materiales o mentales.
Son solo diferentes maneras de llenar el tiempo. Siempre, entre placebo y placebo asoma el alma... y sientes que te falta algo, que todo lo que posees no te llena... pero no sabes que es.
Y lo tienes tan cerca... solo has de dejar de mirar hacia fuera... y mirar hacia dentro.

Cuando te reconoces habitando un cuerpo... un avatar, que te permite inter actuar con este entorno... la vida si tiene sentido... vives no sobrevives. Pero no desaparece el dolor.
Te descubres saboreando todo lo que te rodea, saboreando las relaciones que mantienes con otras personas, recreándote en la naturaleza... en todo lo bello...que esta por todas partes, disfrutas de ti mismo... hay comprensión... no miedo, te sientes agradecido.
Pero si hay dolor... es el sentir... el percibir el dolor ajeno. Sentir su miedo, su congoja, su soledad, su impotencia, su desespero... por no poder ver el mundo como tu lo percibes. Sencillamente no lo ven... pero lo anhelan.

Ves como los más perdidos dañan y se dañan... y el mundo, hoy, es un lugar de dolor, destrucción, avaricia... un sinsentido.
Algunas veces, su dolor te arrastra y momentáneamente te pierdes.

Tenemos todos la capacidad de amar, de compartir, de ser generosos, justos, solidarios, valientes, respetuosos... pero tenerla no significa usarla.
Estamos en una escuela... y se nos enseña a usar nuestras capacidades. Sin prisa pero sin pausa, a todos se nos enseña.

No, la muerte no es el final. La muerte es el comienzo de un nuevo ciclo.
Lloramos la perdida de los que se marchan, porque olvidamos que solo es un hasta luego.

Ellos ya terminaron su aprendizaje, nosotros estamos en ello.



Sal del edificio

¿Que nos aportan las escenas, las tramas , los video juegos con violencia... para nuestro entretenimiento?

Si miras la parrilla de series y películas, es un no parar.
El publico lo consume para distraerse.

Lo que ignoran es que normalizan en sus cerebros estos tipos de comportamiento. Una escena terrorífica, un comportamiento aberrante... ya no lo son tanto después de verlos en la ficción muchas veces.
Incluso hay quien las quiere imitar.

Vivimos el colapso de una humanidad, el colapso de una determinada manera de vivir la vida. La ira, la frustración, el desespero, la indolencia, la manipulación... la mentira, campan a sus anchas.
Nos aferramos a un mundo que se cae en pedazos... no hay marcha atrás.
Cuando los cimientos están dañados el edificio se derrumba.
Sal del edificio, no es necesario que te derrumbes con el.

No solo nos alimentamos de comida por la boca.
Es bien cierto que nos alimentamos, también. por los ojos y oídos.
Dicen que somos lo que comemos .. se sibarita. Esta a nuestro alcance ingerir alimentos sanos, solo tenemos que escogerlos.

Quienes controlan al resto... es una minoría la que lo hace, están enfermos. Se ayudan de otros igual de enfermos... su afán es que acabemos todos igual. Adormecen, amenazan, manipulan, intoxican... sal del edificio.
Van perdiendo... y lo saben... pero morirán matando.
La resonancia Schumann, búscala en internet, sube.
Esta resonancia muestra la frecuencia vibracional total del planeta. A más alta frecuencia más amor. Te dejo un enlace en la descripción. resonancia Schumann
Ayuda a elevarla más deprisa. Sal del edificio en ruinas y respira el aire puro del exterior. El anhelo de luz y aire fresco está creciendo, aún en las mentes más embotadas.
¿Serás capaz de liberarte del sopor y vivir como tu alma anhela, antes de que el edificio colapse?
Créeme, vale la pena el esfuerzo.
Para desentumecerte, para aumentar tu fuerza vital... consume comida sana.
La nueva humanidad, el nuevo amanecer te esta esperando.

domingo, 10 de marzo de 2024

 


No estamos condenados a vivir permanentemente esclavos de recuerdos pasados. Podemos modificarlos.


Nuestra mente tiene dos partes... la parte concreta y la parte abstracta.

La función de la mente concreta es controlar... pero no lo abarca todo, seria un gasto inasumible de energía.

Pongamos que estamos en una conversación, queremos transmitir una cierta imagen, un mensaje... o evitar que se nos escape mas de lo que queremos revelar.
Nuestra mente controla nuestras palabras... solo que cuando continuamos conversando... y detecta que lo que se comenta no es trascendente para nuestros fines, se relaja.
Es en este tramo cuando, sin filtros, podemos conocer de nuestros interlocutores lo que de veras piensan y sienten.
Es muy revelador.

Todos actuamos así, solo que quienes conocen el mecanismo... sin poder evitarlo en si mismos, prestan mucha atención a lo que se dice en una conversación, sobre todo en lo intrascendente.
Conocer los porqué de las reacciones, es comprender lo que se esconde detrás de las mascaras, que todos, en mayor o menor medida, llevamos puestas.

Todos tenemos heridas más o menos visibles y conscientes, nos sentimos vulnerables y nos auto protegemos como podemos.
Todo tiene un porqué inicial... una causa que provoca consecuencias. Ley de causa y efecto de las 7 Leyes universales, a las que estamos todos sometidos.
Nuestra mente concreta archiva en la memoria toda experiencia vivida... aunque aparentemente la hayamos olvidado.
La clasifica como grata o dolorosa... y en el grado en que nos afectó... y actua en consecuencia ante cualquier situación... continuamente e instintivamente... que, aunque sea remotamente, se la recuerda.
Por ello, se nos recomienda contar hasta 10 antes de reaccionar... nos damos tiempo para pensar, para racionalizar... y no lo hacemos muy a menudo.
Una vivencia, que la mente marco como traumática, que pudo ocurrir en nuestra infancia o adolescencia... cuando éramos más vulnerables, la vivimos según nuestra poca madurez... y pudo ser clasificada de manera muy parcial.
También nos puede ocurrir, cuando ya somos adultos.
Todo depende de la intensidad y clasificación de lo vivido... y aunque no lo relacionemos, este hecho, sobre todo si lo clasificamos como muy doloroso, es una reacción a un hecho anterior, de nuestra niñez o adolescencia técnicamente olvidado... es una reacción a nuestros miedos primarios, irracionales e inconscientes.

Nuestra mente concreta nos protege de posibles daños. Si fue muy intensa la vivencia... actúa instintivamente, no racionalmente.

No estamos condenados a vivir permanentemente esclavos de recuerdos pasados. Podemos modificarlos.

La mente es una herramienta que poseemos, nosotros tenemos su control... solo necesitamos comprender su funcionamiento.
Te dejo abajo el enlace a unas relajaciones auto hipnóticas, que grabe hace algun tiempo, para reprogramarla.

La mente actúa como una grabadora, solo tenemos que borrar la primera impresión y grabar una nueva.
Para poder hacerlo, nuestra mente abstracta, ha de actuar.

La mente concreta está siempre encendida, la abstracta no... solo se enciende cuando pensamos o cuando meditamos, cuando creamos y manifestamos sentimientos... o cuando interactuamos de manera consciente con otras personas.
Es desde esta parte de nuestra mente, donde podemos borrar recuerdos que nos perjudican... y grabarnos otros más constructivos.

Está comprobado científicamente. Ante una palabra repetida un determinado número de veces, nuestra mente la da por cierta y actúa en consecuencia.
En nuestra infancia, por ejemplo, nuestros referentes... la familia, nos marcaron con su actitud hacia nosotros.
Y, los efectos en nuestra mente, pueden marcarnos por el resto de nuestros días.
Eres un vago, mentiroso, no vales para nada, eres un desagradecido, no tienes valores, no te quiero, eres mala persona... eres guapo, eres un referente... un líder nato, generoso, trabajador, hay como te quiero, eres muy buena persona.
Estos y muchos otros calificativos nos marcaron... y actuamos siguiendo este patrón.

Cuando comprendemos este mecanismo, hecho de manera completamente inconsciente, lo vemos por todas partes. Los daños o beneficios, son evidentes.
Y pocos habrán que no hayamos caído en él.

A partir de una grabación en la mente concreta, actuamos repetitivamente en consecuencia, inconscientemente.. al activarse los mecanismos de autoprotección.

Nuestra madre, por ejemplo... suele ser nuestro primer referente, quien nos cuida, quien nos premia o castiga, en nuestra etapa más vulnerable.
Una madre, con un comportamiento que no nos transmite la seguridad y amor que necesitamos... en los hombres puede generar inseguridad y un rechazo a todas las mujeres.
Su madre, su referente, le fallo. Ergo... todas las mujeres son malas... y de una u otra manera, las castiga, aunque no se lo reconozca. Ansia el amor de su madre... y al mismo tiempo repudia a las mujeres, porque no se atreve a repudiar a su madre.... por no haberle dado lo que necesitaba.
En las mujeres el mecanismo de autodefensa es diferente.
Reaccionan con inseguridad... 0 con la rebeldía, la autodestrucción, la culpabilidad... una mezcla de varias... y la imitación o la sobreprotección y asfixia, cuando a su vez son madres, todo son manifestaciones de esta falta de amor y seguridad... Y que nos condicionan para saber mantener relaciones sanas de mayores.

Un circulo vicioso que cuesta mucho romper. Solo puede lograrlo nuestra mente abstracta analizando la situación y las consecuencias que provoco.

Desde el adulto que hoy somos, cuando nos esforzamos en comprender los porqués... quizás averigüemos que fue la consecuencia del trato a su vez recibido... o las circunstancias culturales, que marcan el comportamiento colectivo.

Desde esta nueva perspectiva podemos sanar nuestras profundas, añejas y hasta ahora pràcticament inconscientes heridas.

Cuando no recibimos lo que necesitamos y nos sentimos vulnerables, esto nos causa una herida... un dolor, un enfado... con quienes tenían que darnos amor y seguridad... y además sentimos que no cumplimos el dogma "sagrado" del buen hijo... ama y respeta a tu padre y a tu madre... que se nos inculca desde la más tierna infancia...y la culpabilidad de no amar incondicionalmente al padre o a la madre, nos provoca problemas emocionales.
De los emocionales a los físicos solo hay un paso.

Sanar completamente no es perdonar, sanar completamente es comprender... que aún en la peor de las situaciones, quien nos hirió... madre, padre, familia, maestro o cualquiera que nos hiriese... también estaba herido. Siendo ahora verdugo... fue... y quizás siga siendo otra victima.

Lo hicieron lo mejor que supieron... solo que, por más que nos diesen lo que creían mejor para nosotros... no era aquello lo que nosotros necesitábamos... y apareció la carencia... y nuestro afán por suplirla.
Intentando ser lo que creíamos que ellos querían que fuésemos... frustrándonos a nosotros mismos.
Quizás rebelándonos en un intento de llamar la atención que necesitábamos... o intentando pasar completamente desapercibidos... o su contrario... alejándonos completamente de ellos.

En el libro " Las nueve revelaciones" de James Redfield.... se las denomina farsas de control. Las usamos todos continuamente para obtener lo que queremos, y variamos la farsa en función de nuestro interlocutor... son: tirania, interrogación, reserva y pobre de mi.
Te dejo abajo el enlace a la película de You Tube basada en este libro... aunque la película da mucho que pensar... si te gusta, te recomiendo busques el libro... y lo releas al pasar los años.

También me fue de gran ayuda
"El cuerpo nunca miente" de Alice Miller.
Comprender los porqué somos como somos, porque actuamos como actuamos...es el primer paso.
Te dejo abajo el enlace a la versión gratuita en pdf.

Las heridas, por profundas que sean, pueden ser sanadas.
Todo ocurre en su momento, toda herida necesita de su tiempo para cicatrizar completamente, no solo superficialmente.

Las relaciones familiares nos marcan por el resto de nuestros días... una vez comprendido, nuestro esfuerzo ha de dirigirse a no perpetuar conductas nocivas, ha aceptar el pasado, a sanar nuestras heridas... o permaneceremos esclavos de ellas.

No te desanimes por las recaídas... forman parte del proceso.
Sanar las heridas, te lo aseguro, vale la pena.

Medita, crea manifestando tus sentimientos, conversa de forma consciente... y tu mente abstracta estará activa y crecerá.

Cuando se expande lo suficiente, se habré una puerta hacia un pasadizo... se le llama el paso de antahkarana.
Este paso comunica tu mente con tu alma, de forma consciente.

Desde este momento, por grande y majestuoso que sea el universo externo, se queda pequeño comparado con el maravilloso, incomparable e indescriptible universo que reside en tu interior.

El bálsamo para sanar nuestras heridas es el amor. Amaté y ama... y manifiéstalo.

Derriba tus muros, quítate tu mascara... los muros son una prisión, donde tu te has auto recluido.
La mascara te impide mostrarte tal como eres. Quien no te ame... te acepte, tal como eres... flaco favor te haces, manteniéndote a su lado.

Siempre manifestamos la mejor versión de nosotros mismos... en cada momento manifestamos como nos sentimos... el nivel varia continuamente, manifestamos como nos sentimos en este preciso instante... y nuestro nivel, con sus altos y bajos siempre es susceptible de ser mejorado.

A mayor nivel más serenidad, armonía, amabilidad, generosidad, empatia, sabiduría, tolerancia... lógico, si sanamos, si dejo de doler la herida que nos condiciono durante mucho tiempo...
El cuerpo nunca miente

Vistas de página en total