Agradecer es sinónimo de abundancia.
Pedir lo es de escasez.
Si, es seguro que no tenemos todo lo que nos apetece poseer.
Es bueno tener claro si lo que nos falta es: esencial, imprescindible, necesario, útil, prescindible, bonito, innecesario, superfluo o banal... también puede ser perjudicial, que los humanos tenemos tendencias autodestructivas.
También nos clarifica mucho clasificar, lo que si poseemos, de igual manera.
Acabamos tomando conciencia de que llevamos a cuestas un buen cargamento... perfectamente prescindible.
Agradecemos cuando poseemos... o disfrutamos, de bienes que valoramos como imprescindibles.
Los más valiosos suelen ser gratuitos... tal es su valor.
Por ejemplo: podemos comprar bienes materiales... pero no los intangibles.
Podemos comprar una casa... pero no sentirnos felices en ella.
Lo de comprar Amor, Paz, Esperanza, Ilusión... ni te cuento.
Acabamos valorando y agradeciendo la amistad, la salud, los bienes materiales esenciales, la alegria, la serenidad, la familia (no necesariamente de sangre), la naturaleza... y poco más.
Ojala que lo que crees que te falta, no te haga olvidar lo que tienes.
Si la Vida te obsequia con alguno de estos bienes, no renuncies a ellos... disfrútalos sin miedo... porqué es absurdo, si los tienes, renunciar por creer no merecerlos.
El ser humano también tiene tendencia al auto castigo.
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