De hecho me refiero a personas castradoras... solo que se da mucho en el ámbito de la familia.
Soy una madre castradora. Y si sabes a que me refiero... ¡cuidado! solo puedes reconocerlo si lo llevas integrado.
¿No amo a mis hijos? claro que los amo, sin duda.
¿Les intento coartar la iniciativa? conscientemente, rotundamente no. Inconscientemente... muchas veces.
Cuando nuestr@s hij@s nos hablan con entusiasmo de un proyecto... muchas veces, es automático, les soltamos todos los inconvenientes con los que se pueden encontrar. Evidentemente para advertirles... para que consideren todos los riesgos.
Otras veces nuestras lecciones son para pulirles el carácter... da lo mismo, el resultado es que se sienten cuestionados, no aceptados, torpes... frustrados en su libertad.
¿Cómo no avisarles?¿como no corregirles? Para acabar de estropearlo solo hay que emplear el tono de ¿Cómo se te ocurre semejante disparate?
Creo que la dificultad estriba mas bien en el como lo hacemos, mas que en lo que hacemos.
Hay muchas maneras de advertir a los hijos, nietos, amigos... mundo en general, sobre algo. Muy pocas en las que la otra parte no se sienta cuestionada... frustrada por no sentirse comprendida. Y esto en mayor o menor medida... lo hemos experimentado tod@s.
Solo las personas muy seguras de si mismas, siguen adelante a pesar de este freno... que viene, lo saben, de quienes les aman y con la mejor intención...
Siempre están esas personas que no es que te amen y se preocupen... sencillamente se meten donde no les importa y reparten lecciones que nadie les ha pedido. Se creen perfect@s, y l@s demás ignoramos lo que nos conviene.. este es otro tema.
Existen los riesgos. ¿Podemos evitárselos? menudo favor les haríamos si lo lográsemos... a quienes mas queremos, a quienes de verdad nos importan... les estaríamos educando como personas miedosas, dependientes... justo lo contrario de lo que pretendemos.
¿No hemos aprendido nosotros de nuestros errores?¿como vamos a quitarles esta oportunidad a ell@s? Cuando lo hacemos, el mensaje es: no te considero capaz … yo tomo las riendas.
Antes no era consciente, ahora ya me reconozco a mi misma... siempre "a toro pasado" que ya he vuelto ha hacerlo.
Que difícil inculcar en nuestros seres queridos los valores que consideramos esenciales, hacerlos mas conscientes, mas responsables... sin que se sientan cuestionados, torpes... que sientan que es muy difícil complacernos... darles alas, no limitarlos. Afianzar su auto estima... no justo lo contrario.
Los hijos, al crecer... es normal que comiencen a defender su independencia, nuestras parejas y amigos... es normal que quieran sentirse comprendidos... y a todos nos gusta sentirnos un poquito admirados... y que sean benevolentes con nuestros fallos.
He mirado hacia atrás. ¿de quien adquirí esta facultad? Normalmente del padre o de la madre... y en el peor de los casos... de los dos. Copiamos los patrones de nuestra niñez... y cuesta cuestionarlos. Generación tras generación, vamos repitiendo patrones.
¿Cómo transmitir?" Te amo" "Te apoyo" " Te cuido" "Te respeto"" Te acepto"... que nosotros damos por sabido.
Mis padres, pareja y amigos, muchas veces no lo consiguieron... y yo tampoco.
He avanzado. Antes ignoraba el problema. Ahora soy consciente de que existe. Estoy en intentar ser consciente de lo que digo... antes de decirlo, no después. Aprender a transmitir el sentimiento que subyace en cada uno de mis actos... y comprender al mismo tiempo, el efecto que causa en quien los recibe. Estoy en recordar que, aun con la mejor de las intenciones, no lo se todo.
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