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Estamos transitando por " el salón de los espejos" todo sale a la luz. La dignidad y la mezquindad.
Cuando decidimos limpiar a fondo nuestras casas, al comienzo de la operación todo es desorden y suciedad. Hay que descartar lo que ya no sirve, limpiar y recolocar.
El resultado final es una casa saneada y acogedora.
Ahora, mientras limpiamos, toca mantenernos serenos, no dejarnos arrastrar por la indignación, ayudar en lo que se pueda, no dejarnos manipular, apartar a corruptos e ignorantes y actuar con nobleza.
El ser humano manifiesta virtudes y defectos, hay que potenciar las virtudes y solucionar los defectos.
Aún no hemos aprendido a vivir en paz y con respeto. El mundo lo evidencia. Mientras no lo aprendamos continuaremos lamentando las injusticias y desamparos.
Hay dolores inevitables... Lo que indigna y causa impotencia son todos los evitables, fruto de codicias e ignorancias.
Cuando una persona se respeta, sus actos manifiestan nobleza.
Avergonzarse de uno mismo no aporta ganancias.
Trata al prójimo como a ti mismo.
Agradece y disfruta del amor de quienes te rodean.
Una persona sola avanza más rápido, en compañía llega más lejos.
Quienes fuimos ayer, no somos los que somos hoy. Cada día podemos mejorarnos.
Aprender a ser mejores personas a quien reporta más beneficios es a uno mismo.
Aprender es duro, pero necesario si queremos sentirnos bien con nosotros mismos.
El miedo tiene por objetivo poner en evidencia las partes de uno mismo que aún no controlamos.
Mientras no estamos preparados para superarlo dañamos y/o nos dañamos.
Enfrentar nuestros miedos, aceptarlos... es la única manera de superarlos... y liberarnos.
Lo que ha de ocurrir... ocurrirá, por más que quieras evitarlo.
Lo que no ha de ocurrir...no ocurrirá, por más que quieras provocarlo.
Mientras no recordemos que somos almas y no cuerpos... mal vamos.
El cuerpo sufre y es perecedero.
El alma es inmortal y amor puro.
La Vida nos enseña. No castiga.
Su única intención es que la lección quede aprendida.
Es absurdo castigar al ladrón cuando ya ha aprendido a respetar.
Responder por los daños ocasionados es parte del respeto hacia uno mismo.
Aprender engrandece la conciencia y enriquece y nos llena de satisfacción.
No te lamentes por el tiempo que tardaste en aprender, alégrate de que por fin lo has conseguido.
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