lunes, 1 de septiembre de 2025

261- La ternura

  




Una de las mas gratificantes manifestaciones del amor es la ternura.

La solemos asociar a la que nos despiertan los bebes y los niños... el sentimiento es de sentirnos extasiados.
Contemplamos casi embobados aquella manifestación de vida tan exuberante, tan frágil y tan hermosa.
El mínimo gesto es de una belleza incomparable.
La ternura que sentimos no se tiene porque restringir solo a las edades tempranas... no nos deja tan extasiados, pero no por ello nos conmueve menos.
No hay que confundir debilidad con fragilidad.
Las personas frágiles son las que pueden ser heridas con facilidad... pero no tienen porqué ser débiles.
Si, suelen ser muy sensibles.
La ternura nos la pueden despertar los seres queridos... de cualquier edad.
Les vemos desde el amor que sentimos por ellos.
Al mirarlos vemos sus batallas en la vida, su forma de ser... el cariño y abnegación con que nos tratan.
No son perfectos... ni nosotros tampoco, esto no nos impide amarnos.
Contemplar a un ser querido que nos despierta ternura, es maravilloso.
Más enrriquecedora es la experiencia cuando se comparte.
Esas caricias, esas miradas, ese tono en la voz que va de alma a alma.
Es una declaración de aceptación y cariño.
Nos hacen sentir que no estamos solos y que somos valorados. Nos fortalecen.
Los mayores vamos aislandonos en el contacto de piel a piel.
Este contacto es tan necesario como en los primeros años de vida, todos sabemos los problemas afectivos y de desarrollo de los bebes, que no lo reciben en cantidad y calidad suficiente.
Recibir ternura nos vivifica y comueve, dar ternura nos permite expresar un sentimiento maravilloso.
La ternura sana.
No se puede comprar.
Solo se puede dar y recibir desde el alma... y es completamente espontanea.
El tacto es de una sensibilidad extrema. Sin palabras nos lo dice todo.
Detectamos instintivamente la intención de quien nos toca.
Muchas veces, a nivel consciente lo evaluamos de una manera... pero nuestro inconsciente nos advierte que es de otra.
Una persona puede mostrarnos afecto y nosotros recibirlo... pero en el fondo algo nos advierte que su afecto no nace en su alma... y la nuestra se protege.
Al final la intención primera es la que vale... y el tacto es tan sensible que lo nota. La ternura también se transmite por el tacto.
Si, la ternura es buena tanto para quien la recibe como para quien la transmite. Dichosos los que pueden compartirla.
Si, la ternura es una comunicación directa de alma a alma.
Si, sentir ternura es sentirse pleno, no hay vacío, ni soledad, ni oscuridad en este momento.
A medida que crecemos, crecen nuestros miedos.
Si damos ternura y no se nos corresponde o no se nos acepta, nos vamos retrayendo. Evitamos darla por miedo a sentir el rechazo... y esto nos duele y aísla.
Cuando somos abuelos y disfrutamos del cariño de los nietos, la ternura estalla en nuestro interior.
Disfrutamos de su inocencia, de su vitalidad, de sus alegrias... hasta de sus penas.
Reciben todas nuestras muestras de amor a manos llenas.
Reciben todo el amor de todos los que les rodean.
Nunca quedan hartos... y ellos nos lo devuelven de la misma manera.
Los abuelos, algo que muchas veces no pudimos hacer por obligaciones varias, cuando nuestros hijos eran pequeños... les damos todo el tiempo que necesitan, les protegemos, les escuchamos, nos convertimos un poco en los niños que una vez fuimos... y ellos, si reciben todo el amor de su entorno que necesitan, no temerán su carencia.
Si reciben suficiente amor: manifestado en seguridad, afecto y aprendizaje...serán adultos emocionalmente fuertes y estables.
Los abuelos hemos aprendido con los años el valor del tiempo y del amor. Las consecuencias de su carencia y las ventajas de su abundancia.
¡Y como los disfrutamos! Aunque cuando se marchan estemos exhaustos.
Todos los que les dan ternura a los niños... o a otros seres, se enriqueciesen, no hace falta ser abuelo.

El sexo sin ternura es una explosión de sensaciones... quizá más intensas que el sexo con ternura.
Pero después, cuando nos serenamos, nos sentimos completamente distintos.
Las personas que no dan ternura son las que mas la necesitan... su carencia les hace vivir aislados, desconfiados, perdidos.
El Tantra nos explica que, podemos vivirlo desde el llamado Tantra negro hasta el llamado Tantra blanco.
El negro es la búsqueda del placer propio usando como instrumento el cuerpo de la otra persona, sin importarnos como se siente. Es posesión, no unión. No estando técnicamente solos, lo estamos.
Compartir es mucho más gratificante que poseer.
La soledad es fría y oscura.
La ternura nos inunda de luz y calidez el alma.
El blanco es la manifestación mutua de los sentimientos más elevados, a través de nuestros cuerpos. No hay posesión... es la plena libertad, es alegria, es gozo, es unión.
La ternura está siempre presente, por medio de ella se fusionan las almas.
Es la plenitud.
Mientras el negro nos esclaviza buscando una satisfacción que no poseemos pero deseamos, el blanco es la libertad... porque no buscamos... damos el amor que ya tenemos, que sentimos.
El negro busca desesperadamente un placer que le llene, su alma precisa de luz y calor, se siente enferma, esta sedienta de amor... de ternura... pero que le es imposible de alcanzar, porque aún no comprende que es desde el corazón y no desde la mente como se alcanza.
Casi lo alcanza en el orgasmo... pero nunca lo logra.
Se le escapa porque es incapaz de manifestar ternura, su conciencia solo actú a nivel egóico, a nivel mental.
El blanco es la unión de las almas.
Su fusión se manifiesta físicamente mediante el roce de la piel, la caricia de la mirada, el olor, el tono de la voz, el sabor, los dos cuerpos vibran al unísono ... es la total entrega de los cuerpos y almas... con una ternura que raya lo infinito.
Experimentar esta unión es alcanzar el cielo.
El blanco no se alcanza ni con tecnicas ni con decorados... el blanco es lo autentico, sin artificio ninguno.
Entre los dos extremos todas las tonalidades de grises.
El Ser humano necesita la ternura en todas las etapas de su vida.
Aprende a tratarte con ternura, no es necesario recibirla para manifestarla en ti mismo y en tus relaciones interpersonales.
El dar y recibir mutuo potencia sus beneficios.
Amor es ternura, no hay ternura sin amor.
Te agradeceré comentes y compartas mis reflexiones, juntos aprendemos. Muchas gracias por tu atención.
Cursos y terapias de Reiki presenciales y a distancia.
Terapias gratuitas a distancia grupales una vez al mes, en colaboración con la associació Antahkarana.

260- Tengo una maestra muy peculiar y al mismo tiempo muy querida

  





Tengo una maestra muy peculiar y al mismo tiempo muy querida.

Sus métodos de enseñanza son muy poco ortodoxos, pero eficaces.
Como es natural sus lecciones comienzan con una buena explicación teórica, para pasar a mucha, mucha, mucha practica.
Nos quieres mucho a todos, respeta nuestros caracteres y nunca nos pone un trabajo para el que no estemos capacitados.
Es buena para motivar, para ayudarnos a aprender cosas nuevas. Siempre esta ahí para responder dudas, su voz es dulce y sus palabras sabias... pero si percibe que hay acomodo y no nos esforzamos lo suficiente... se transforma en algo que me causa mucho respeto.
Nos deja muy claro que "con la maestra no se juega"
En este caso, el dia a día de quienes van muy rezagados va cambiando.
Les ocurren contratiempos que van en aumento en la medida en que pasa el tiempo, se enfadan, se sienten perdidos, angustiados, infelices....
Si alguien se queja le suelta que la escuela no es un hotel de vacaciones, que aquí se viene a aprender y que su trabajo es conseguirlo.
Que ya sabemos que .su primera opción es enseñar con paciencia y dulzura, que si percibe que alguno no lo pilla porque anda distraído, aumenta el tono de su voz sin perder la paciencia... pero que si continua sin comprender, es el momento de usar sus herramientas mas contundentes.
Algunas veces nos deja seguir en la ignorancia y pereza durante un cierto tiempo... para ver si acabamos nosotros solos comprendiendo.
Pero, si persisten el desconocimiento y la pereza... comienzan las calamidades.
Perder el empleo, romperse la estabilidad familiar, padecer necesidades, enfermar, deprimirse, angustiarse, enfadarse por cualquier motivo... sin que ella se apiade del infortunio y lo cese.
Sostiene que llega un momento, entre tantas calamidades, en el que comprendemos que es mucho menos doloroso esforzarnos en comprender y así poder cambiar el resultado de los ejercicio, que continuar padeciendo.
En todo momento, muy cerca... al alcance de la mano tenemos algún tipo de ayuda... solo hemos de alargar la mano para poder usarla.
Acaba mi maestra logrando rebajar la ignorancia, el orgullo, la soberbia y la pereza... y con ello ha aumentado el conocimiento, la humildad, la serenidad y la fraternidad... y todos nos sentimos muy orgullosos de ello.
Acto seguido vuelve ha ser la maestra dulce, paciente y motivadora y muy orgullosa de nuestros logros... Para sin mucha demora comenzar un nuevo capitulo, empleando la misma progresiva técnica.
Algunas lecciones se pillan a la primera y otras necesitan de toda su artilleria. Ella no se inmuta, no tiene prisa, cada uno necesita su tiempo.
Aunque haya algún alumno al que se le resiste muchísimo una lección y se empeña en sufrir largo tiempo todos los desastres, ella no se compadece de sus súplicas.
Sencillamente le dice, con una sonrisa cálida y comprensiva, que no hay prisa, que repetirá el curso tantas veces como precise.
Curiosamente el alumno se tranquiliza, sabe que por más que tarde, por más que padezca... ella no se rinde.
Llegará, como todos, al final del aprendizaje, la maestra no deja a nadie en el camino. No da a nadie por perdido o incapaz.
Si, mi maestra se llama Vida.
Te agradeceré comentes y compartas mis reflexiones, juntos aprendemos. Muchas gracias por tu atención.
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259- El mundo es "mi" reflejo... mal que lo quiera fervientemente negar

 





 El mundo es "mi" reflejo... mal que lo quiera fervientemente negar.

¿Como van a ser las barbaridades que se cometen un reflejo de mi interior? Ni hablar, esta afirmación es falsa.
Yo no soy malo... o no tanto... y tengo mis razones para ello.
He aquí una historia, que leí en internet, de la que desconozco al autor. Créditos a quien corresponda.
Un conejo andaba paseando por el campo y se encontró con un montón de ruinas... evidentemente el conejo no tenia idea de que es lo que era una ruina... para el era una parte más del paisaje.
Su curiosidad le hizo investigar.
Llegó a una gran sala... que estaba repleta de conejos como él. Les sonrió y todos le devolvieron la sonrisa, cosa que le alegro mucho.
Se despidió de todos ellos, no quería interrumpir aquella asamblea... y ellos también se despidieron amablemente de él... salió de la sala muy contento por el encuentro.
Se marcho diciéndose que algún día volvería a ese lugar tan agradable y lo recomendaría.
Pasó el tiempo y por allí pasó otro conejo. Su curiosidad, al igual que le ocurrió al primero, le hizo adentrarse en el lugar.
Llegó a la sala y vio a todos los conejos.
De entrada de asustó... no sabía las intenciones de aquel grupo.
Sus miradas no eran tranquilizadoras.
Decidió que era un ambiente hostil y se marcho rápidamente, sin intentar ningún tipo de contacto con ellos.
No volvería nunca más a un lugar tan desagradable. Advertiría de su peligrosidad a otros posibles incautos.
Lo que ni el primer conejo ni el segundo supieron nunca, porqué los conejos no conocen la escritura humana, era que, entre los escombros, un letrero indicaba que aquellas ruinas habían sido parte de un parque de atracciones. Concretamente era el salón de los espejos.
Los dos se vieron reflejados en los espejos, se vieron exactamente como ellos se sentían... muy ampliado.
Si logramos mirar serena e imparcialmente en nuestro interior... y luego analizar nuestra imagen en el espejo, da igual el del mundo o el de nuestro baño, veremos reflejados en él, con fidelidad absoluta, la manifestación de como nos sentimos en este preciso instante... esperanzados, cansados, vencidos, fuertes, doloridos, contentos, airados, etc.
Auto engañarnos solo nos sirve momentáneamente.
Todos en realidad sabemos si nos avergonzamos o no de nosotros mismos.
Sabemos si podríamos ser mejores, aunque escojamos no serlo... tenemos nuestras razones.
Hasta el menos empático, ignorante y tirano sabe que su comportamiento es dañino... pero su miedo, su ignorancia y su falta de empatia ciegan su conciencia.
Si estos personajes no existiesen, si estas barbaridades no se perpetrasen... ¿como escoger libremente no ser como ellos? Si, ya se que parece una barbaridad pensar en que son útiles para el bien común.
!Pero para escoger tenemos que poder escoger¡
Siempre se nos ha asegurado que el hombre disfruta de libre albedrío.
Al final, como todo, todos somos igual de necesarios para el mutuo aprendizaje.
No hay buenos o malos actores en la obra de la Vida... hay buenos y malos personajes que cumplen su función para el desarrollo de la obra, a los que interpretan sendos actores.
Todos los personajes poseemos nuestras luces y nuestras sombras... muchas veces sin ser plenamente conscientes de ello.
Para los que poseen en un buen grado pero lo desconocen o no les dan importancia, sus luces, los demás personajes tenemos una palabra que los define, les llamamos humildes.
A los que poseen en un buen grado pero lo desconocen o no les dan importancia, sus sombras, tenemos muchas palabras para definirlos... yo me quedo con una, infelices.
Y todos los infelices que conozco desearían dejar de sentirse así... pero no saben como.
De hecho a más luces, consciente o inconscientemente, más paz, serenidad y bienestar.
A más sombras, consciente o inconscientemente más infelicidad, angustia, temor, ira.
No hay personaje que no lo refleje fielmente.
Un personaje humilde desconoce la envidia y la soberbia. Se alegra por los logros ajenos y reconoce sus limitaciones.
Al carecer de envidia y soberbia su carácter es amable y cooperativo.
Su nivel de satisfacción, felicidad o serenidad son muy altos.
Los infelices viven en un nivel de satisfacción justo contrario.
Todos los personajes tenemos grados de luces y sombras... según nos sentimos fluctuamos entre todas ellas.
Si nos sentimos contentos, nuestro estado de ánimo nos predispone a la indulgencia y la generosidad.
Si nos sentimos mal... la indulgencia y la generosidad brillan por su ausencia.
Vamos fluctuando entre los dos extremos. Cada personaje tiene un ángulo de fluctuación diferente.
¿Quién ante un dolor intenso que cree injusto, no ha manifestado un momento, siquiera, rabia ciega?
¿Quién ante muchas dificultades no ha envidiado las ventajas de otros?
¿Quién no se ha sentido amenazado por peligros externos... que cree posibles?
¿Quién no ha dudado de su valía, de sus conocimientos, de sus creencias?
¿Quién no ha deseado sentirse amado, respetado, comprendido... y muy frustrado y solo si no lo consigue?
La diferencia radica en el autocontrol y el auto respeto.
En cuales son los limites que no se permite traspasar, porque sabe que si los traspasa acabará despreciándose.
Cuando el precio a pagar es demasiado alto, según el baremo de cada uno, pagarlo no le vale la pena.
Leí en alguna parte que cuanto más de forma vil actúa un personaje, más en realidad es un grito silencioso de su alma, que clama por ser amada y que acabe su dolor... y que este comportamiento vil es un revulsivo para los que no quieren imitarle.
Nadie escoge libremente sentirse mal, despreciable o tirano... es mucho mejor para él sentirse bien, apreciado y amado.
Claro que hay una razón a nivel supra consciente para escoger tamaña desgracia.
El papel de malo o desgraciado es imprescindible en el transcurrir de cualquier obra, para el desarrollo del argumento.
El malo nos provoca rechazo. Si el malo cambia y se vuelve bueno, nos conmovemos y alegramos.
Si el bueno se convierte en malo lo despreciamos, pero... sin aprobar su conducta tendemos a analizar las razones del cambio.
No justificamos pero si comprendemos... y mantenemos la esperanza de que vuelva a ser bueno.
Sin por ello dejar de protegernos de sus maldades.
Somos a la vez personajes y espectadores... difícil pero cierto.
Si no mantenemos la esperanza, si deseamos que reciba su merecido castigo por sus maldades, si nos regocijamos en el dolor ajeno... es porque el personaje que interpretamos, debido al efecto espejo, se ve a si mismo reflejado en el otro... porque él, sin reconocerse, se cree indigno de misericordia. Se cree merecedor del peor de los castigos.
Mira el mundo... los problemas que nos asolan...sus causas, en alguna medida estas causas también anidan en nuestro interior.
Afortunadamente no todo es malo... y también sus causas están en nuestro interior.
Visto desde fuera, esta locura de mundo tiene su lógica.
No hemos encarnado en esta realidad, en esta obra de teatro, para disfrutar de unas idílicas vacaciones en un centro turístico... aunque todos intentamos que lo sean.
Hemos venido a aprender.
Concretamente hemos venido a experimentar el amor... en todos sus grados, comprender las ventajas e inconvenientes de ellos, bajo todas las perspectivas posibles.
¿Qué mejor manera de aprender que experimentarlo?
Para poder ser generosos hemos de poder ser egoístas, por ejemplo.
Y para poder experimentarlo se necesitan actores que encarnan situaciones para nosotros poder escoger por cual nos decidimos. La comprensión plena llega cuando decidimos ser correlativamente generosos, egoístas, victimas y verdugos... o vivimos la experiencia a través del dolor o alegria de otros.
Esto nos puede llevar mucho tiempo, muchas vidas, muchas obras de teatro...... toda una serie o saga, pero al acabar el ciclo ya hemos comprendido todas las ventajas he inconvenientes.
La lección, se tarde lo que se tarde, acaba siendo comprendida.
La Vida no tiene prisa.
La eternidad no tiene tiempo.
Si disfrutas del amor que sientes, del que ofreces y del que se te ofrece... es porque el amor, en un grado elevado ya es consciente en tu mente.
Si no lo disfrutas, padeces su carencia.
A lo largo de la obra, el grado va cambiando.
Desear que las barbaridades acaben, que todos logremos ser más sabios y respetuosos, que nos amemos y amemos... por desgracia aún no está en todas las conciencias de los personajes.
Es por ello que el espejo del mundo, que refleja amplificadas nuestra luces y sombras, ha sido creado.
Primero nos vemos reflejados... y con el tiempo comprendemos que solo son nuestro reflejo... y podemos mejorarnos.
Esta es la finalidad de la saga.
Evolucionar en su transcurso, mediante diferentes vivencia.
Somos actores representando personajes.
Todas las decisiones que tomamos como personajes, nos definen exactamente en el momento evolutivo en el que estamos en ese momento.
Decisiones, que el personaje, toma a través de dudas, renuncias, miedos, esperanzas... pero el guion ya estaba escrito.
La decisión fue tomada antes de comenzar la función.
Continuaremos decidiendo, sin saber que nos depara el futuro... pero cuando el personaje alcanza este nivel de comprensión, sin saber lo que le depara, lo acepta de antemano y se adapta a lo que le llega.
No somos títeres, el argumento fue escrito por nosotros mismos mientras no estábamos encarnados.
Mientras nuestra conciencia era plena decidimos el argumento... las situaciones a vivir... para experimentar lo que consideramos oportuno.... y
nos repartimos los papeles.
Nos generamos un momentáneo olvido... y encarnamos.
Vivir la experiencia como real solo es posible así.
Nos encarnamos sabiendo todo el guion, el porque y con quien actuaremos... y momentáneamente lo olvidamos, para poder experimentarlo.
Todo son causalidades, no hay casualidades.
Quizás tu peor enemigo aquí es tu más buen amigo allí.
No te imagines un mundo eterno lleno de actores en el otro lado... No podemos llegar a comprenderlo... pero si a razonarlo.
Nos percibimos como las olas que el mar manifiesta... pero no somos las olas, somos el mar.
El mar es todas las olas que han sido, son, serán y podrían llegar a ser... sin dejar de ser por un instante todo El mar.
Si, ya se que a tanto no llegamos.
Que solo pensarlo nos supera.
Mejor nos concentramos en el aquí y ahora... en como nos sentimos ahora.
Toda ola, junto con todas sus vivencias, cuando se desvanece en la orilla, recuerda que siempre a sido El mar... y por ello también todas las demás olas.
Todo llega cuando tiene que llegar, el tiempo no tiene prisa... la eternidad no tiene tiempo.
Como personaje estoy viviendo una trepidante aventura, no recuerdo su final, se que no corro ningún peligro y el Amor, la totalidad, es la meta garantizada.
El Amor es el sentimiento que mejor refleja la plenitud, de lo que nuestro nivel de conciencia conoce.
La energía ni se crea ni se destruye, solo se transforma.
Yo Soy el Amor, la Energia consciente e infinita.
Si, el mundo es uno de mis reflejos... porque Yo no soy la ola... Yo Soy el Todo.
Te agradeceré comentes mis reflexiones, juntos aprendemos. Muchas gracias por tu atención.
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Terapias gratuitas a distancia una vez al mes grupales, en colaboración con la associació Antahkarana.

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