lunes, 22 de septiembre de 2025

265- La crueldad es sadismo.

 


La crueldad no está nunca justificada.
La crueldad es sadismo... es una conducta aberrante, que tiene que ser tratada por médicos especialistas.

Quien disfruta del padecimiento ajeno, no hay distinciones de ninguna clase, es digno de lastima.
Muestra un comportamiento embrutecido por los bajos instintos, que le nublan la conciencia.

La persona que la práctica es un claro ejemplo de muy poco nivel de amor, tanto para ella misma como con el resto de la creación. Vive sumida en las tinieblas.
Evolucionar es ir comprendiéndolo.
Si alguien daña, ha de reparar el daño causado, no valen las excepciones ni tampoco el ensañamiento para lograrlo.
La crueldad puede obligar a obedecer, pero nunca a comprender y respetar, que es de lo que se trata.
Quienes quieren imponer su verdad a costa de no respetar las ajenas, tendrían que tener en cuenta que la verdad es subjetiva, depende del punto de vista del observador... y puede estar muy errada, aún con la mejor de las intenciones.
Creerse en posesión de la verdad absoluta es una clara manifestación de soberbia... que va de la mano de la tiranía.

El respeto es la base de la buena convivencia.
En una sociedad justa, todos tenemos que tener los mismos derechos y las mismas obligaciones.
Aunar esfuerzos para lograrlo es trabajar por el bien común.
Convencer es mucho mejor que imponer... y no crea conflictos.

Te agradeceré comentes y compartas mis reflexiones, juntos aprendemos. Muchas gracias por tu atención.
Cursos y terapias de Reiki presenciales y a distancia.
Terapias gratuitas a distancia grupales una vez al mes, en colaboración con la associació Antahkarana.

264- La increíble ternura

 


Una de las más gratificantes manifestaciones del amor es la ternura.
La solemos asociar a la que nos despiertan los bebés y los niños... el sentimiento es de sentirnos extasiados.
Contemplamos casi embobados esta manifestación de vida tan exuberante, tan frágil y tan hermosa.

La ternura que sentimos no tiene porqué restringirse solo a las edades tempranas... no nos deja tan extasiados, pero no por ello nos conmueve menos.

La ternura nos la pueden despertar los seres queridos... de cualquier edad.
Les vemos desde el amor que sentimos por ellos.
Al mirarlos vemos sus batallas en la vida, su forma de ser... el cariño y abnegación con que nos tratan.
Los contemplamos realmente tal cual son, pues los vemos a través de los ojos del alma... que no engañan y muestran nuestras esencias.

La ternura se expresa en esas caricias, esas miradas, ese tono en la voz... que van de alma a alma.
Es una declaración de aceptación y cariño.
Nos hacen sentir que no estamos solos y que somos valorados. Nos fortalecen.

Los mayores vamos aislándonos en el contacto de piel con piel.
Este contacto es tan necesario como en los primeros años de vida, todos sabemos los problemas afectivos y de desarrollo de los bebés, que no lo reciben en cantidad y calidad suficiente.
Yo creo que es igualmente necesario en todas las etapas de la vida.
Recibir ternura nos vivifica, dar ternura nos permite expresar un sentimiento maravilloso.
No se puede comprar.
Solo se puede dar y recibir desde el alma... y es completamente espontánea.

El tacto es de una sensibilidad extrema. Sin palabras nos lo dice todo.
Detectamos instintivamente la intención de quien nos toca.
Muchas veces, a nivel consciente lo evaluamos de una manera... pero nuestro inconsciente nos advierte que es de otra.
Una persona puede mostrarnos afecto y nosotros recibirlo... pero en el fondo algo nos advierte de que su afecto no nace en su alma, no es sincero... y la nuestra se protege.
Al final la intención primera es la que vale... y el tacto es tan sensible que lo nota.

Si, la ternura es buena tanto para quien la recibe como para quien la transmite. Dichosos los que pueden compartirla.

Si, la ternura es una comunicación directa de alma a alma.

Si, sentir ternura es sentirse pleno, no hay vacío, ni soledad, ni oscuridad en este momento. Todo es luz, armonía... se paraliza el tiempo.
A medida que crecemos, crecen nuestros miedos.
Si damos ternura y no se nos corresponde, abusan de ella o no se nos acepta, nos vamos retrayendo. Evitamos darla por miedo a sentir el rechazo.

Cuando somos abuelos y disfrutamos del cariño de los nietos, la ternura estalla en nuestro interior.
Disfrutamos de su inocencia, de su vitalidad, de sus alegrías... hasta de sus, para ellos, grandes penas.
Reciben nuestras muestras de amor a manos llenas.
Reciben todo el amor de todos los que les rodean.
Nunca quedan hartos.
Son una fuente irradiación y absorción continua y muy potente de amor.

Los abuelos, algo que muchas veces no pudimos hacer por obligaciones varias, cuando nuestros hijos eran pequeños... les damos todo el tiempo que quieren, a su lado volvemos a sentirnos como niños y nos convertimos en sus cómplices.
Sabemos el gran valor del tiempo recibido, de la complicidad y de la seguridad de sentirse amado sin condicionantes, para su buen desarrollo emocional.

¡Y como los disfrutamos!
Cuando se marchan, como han exigido en todo momento nuestra atención plena, estemos exhaustos.


El sexo sin ternura es una explosión de sensaciones... quizá más intensas que el sexo con ternura.
Pero después, cuando nos serenamos, nos sentimos completamente distintos.
El Tantra nos explica que podemos vivir el sexo desde el llamado Tantra negro hasta el llamado Tantra blanco.
El negro es la búsqueda del placer propio usando como instrumento el cuerpo de la otra persona, sin importarnos cómo se siente. Es posesión, no unión.
Buscamos obtener algo que no poseemos y creemos que así lo lograremos.
El blanco es la manifestación mutua de los sentimientos más elevados, a través de nuestros cuerpos. No hay posesión... es entrega, es alegría, es gozo.
Solo se alcanza la plenitud cuando no se busca alcanzarla a través de otros... solo se siente cuando manifestamos lo que sentimos, con generosidad y no con egoísmo en nuestros sentimientos.
La ternura está siempre presente, por medio de ella se fusionan las almas.

Mientras el negro nos esclaviza buscando una satisfacción que no poseemos, el blanco es la libertad... porque no buscamos... damos el amor que sentimos.
El negro busca desesperadamente un placer que le llene... pero que le es imposible de alcanzar.
Casi lo alcanza en el orgasmo... pero nunca lo logra.
Se le escapa porque es incapaz de manifestar ternura, su conciencia solo actúa a nivel egóico, a nivel mental.
Su alma sabe que el sexo es un triste sucedáneo del amor.

El orgasmo es lo más cercano a la plenitud, cuando no hay amor, que podemos alcanzar.
Como no podemos alcanzarlo... y deseamos fervientemente sentirnos plenos, el sexo sin amor nos esclaviza.
Intentamos una y otra vez lograr la plenitud... sin poder alcanzarla.
Podemos sentirnos muy tristes cuando nosotros si manifestamos generosamente nuestro amor... y sentimos que somo egoístamente utilizados, acabamos renunciando a practicarlo. No nos valen los sucedáneos.
El blanco es la unión de las almas.
Su fusión se manifiesta físicamente mediante el roce de la piel, la caricia de la mirada, el olor, el tono de la voz, el sabor, los dos cuerpos vibrando al unísono ... es la total entrega de los cuerpos y almas... con una ternura que raya lo infinito.
Experimentar esta unión es alcanzar el cielo.
El blanco no se alcanza ni con técnicas ni con decorados... el blanco es auténtico, no hay artificio que valga.
El blanco nos recuerda que, en realidad somos almas eternas viviendo momentáneamente una experiencia física... y que estamos lejos de casa. El blanco, por unos instantes, nos lleva de regreso a ella.
Entre los dos extremos todas las tonalidades de grises.

El Ser humano necesita la ternura en todas las etapas de su vida.
Aprende a tratarte con ternura, no es necesario recibirla para poderla manifestar en ti mismo y en tus relaciones.
El darla y recibirla mutuos potencia sus beneficios. El intercambio de energías eleva nuestras vibraciones.
Amor es ternura, no hay ternura sin amor.
La ternura es el alimento del alma.
La ternura sana los corazones heridos.
La cara... sobre todo los ojos, son el espejo del alma.
Deja que aflore todo el amor que eres, ni lo reprimas ni temas mostrarlo, a través de la ternura en tu mirada.
Manifestar ternura no te debilita... te empodera.
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263- Los porqués y el gran porqué

 


Están los porqués que, en un momento u otro, se nos van respondiendo y vamos comprendiendo... y está el único que nos está de momento vedado.

Como humanos poseemos el conocimiento mental y el conocimiento espiritual.
El primero está subordinado al segundo, incluso aunque no seamos conscientes de que existe.

Vivimos inmersos en tres realidades o grados de manifestación, de los que somos más o menos conscientes: la física, la mental y la espiritual.
La física que es el vehículo necesario para manifestarse aquí y ahora las otras dos.
La mental que es limitada, finita.
La espiritual que no conoce límites de ningún tipo.

En la mental moran los miedos, la individualidad y las inseguridades... es fría y oscura.

En la espiritual moran la confianza, la plenitud y la sabiduría... es cálida y luminosa.


Los pocos que han llegado a alcanzar un alto grado de conocimiento espiritual, solo logran alcanzar una parte de la respuesta... y no sabemos el grado de veracidad de lo que ellos han dado por cierto.

Nuestras inquietudes nos van impeliendo por el camino.
Nuestro grado de paz y satisfacción interna nos va indicando lo acertado de nuestras decisión.

Un niño de primaria, por listo que sea, no posee la sabiduría de un buen maestro.
Un niño de primaria si puede reconocer la sabiduría del buen maestro.
Un buen maestro no adoctrina ni obliga, un buen maestro enseña a comprender con respeto y amor.
Nuestra maestra se llama Vida, es muy buena maestra.

Cuando los oídos están preparados para oir, entonces vienen los labios a llenarlos de sabiduría.
El Kybalión
La pregunta será respondida cuando estemos preparados para comprenderla.
Podemos elucubrar, esforzarnos, enfadarnos, frustrarnos e incluso auto engañarnos cuanto queramos... la pregunta será respondida solo cuando estemos preparados para comprenderla.
Cuanto más avanzamos en el camino más sosegamos nuestra impaciencia, más disfrutamos del camino y más aumentamos nuestro grado de Amor.

La maestra que nos guía por el camino de la vida, no admite trampas ni atajos... tardemos lo que tardemos en recorrerlo, todos llegaremos a nuestro destino.
El único porqué que verdaderamente importa, allí es respondido y comprendido.

Te agradeceré comentes y compartas mis reflexiones, juntos aprendemos. Muchas gracias por tu atención.
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