Un nuevo día, una nueva pagina por escribir en el libro de la vida.
Solo que la pagina la escribe el autor, no el personaje al que él le da la vida.
El personaje conoce solo lo que ya ha sido escrito, el autor es el que decide hacia donde y con que intensidad se desarrolla la obra.
Mientras la va desarrollando le va dando Vida.
La Vida adquiere un nuevo significado, vista desde esta perspectiva... que solo es posible conocer cuando el autor así lo permite.
Los grandes sabios nos dicen que el autor es a la vez todos los personajes, pues es él quien les da la Vida.
Desde este momento, pasan a ser una concreción y no solo una posibilidad, permanecen ya por siempre, individualizados, en la mente del autor.
Hay un hilo que une a cada uno de ellos con su autor. El autor es todos los personajes... y a su vez todos los personajes son el autor.
Todos los personajes son necesarios para el relato, no importa su relativa importancia.
Detrás del más vil de los villanos está el autor... y detrás del más ilustre de los sabios, también.
Cuando vivimos desde la mente, nuestra conciencia es la de meros personajes, que se consideran más o menos independientes en los azares de la vida.
Cuando vivimos desde el espíritu, aún con limitaciones por estar sujetos al relato, nuestro personaje cobra todo su sentido.
Actuando como personaje, se sabe el autor y que tiene su porqué como actúa en el relato.
Por más conciencia que le otorga el autor a un determinado personaje, éste siempre está supeditado a los designios del autor. Nunca el personaje podrá superar a su autor.
Lo que parecería una cárcel en la que todos somos meros autómatas, por deseo expreso del autor, tiene su salida.
En el devenir del relato, el personaje acaba tomando conciencia de que es el autor.
Por poner un ejemplo, una madre mientras está actuando como madre con su hijo, siempre estará condicionada por todos los demás papeles que interpreta en su vida, en sus decisiones.
Esposa, hija, hermana, amiga, profesora si lo fuera... etc. Todas sus demás facetas le aportan un conocimiento que usa implícitamente.
La madre se manifiesta en primer plano... pero todas las demás están también presentes.
Cuando alcanza un determinado nivel de conocimiento, lo comprende.
Cuando deja de actuar en un papel concreto, estando todos ellos latentes, es cuando deja de ser para Ser.
Cuando no se manifiesta en ninguna de sus facetas, es cuando la frase
Yo Soy Todo, cobra su pleno sentido.
Como es arriba es abajo, nos dice " el Kybalión" el autor se refleja en toda su obra. Toda su creación sigue este principio.
El pleno conocimiento se alcanza cuando dejamos de manifestarnos como personajes y nos integramos en el Ser.
Te agradeceré comentes y compartas mis reflexiones, juntos aprendemos. Muchas gracias por tu atención.
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