La derrota nos hace perder una batalla o una guerra. El fracaso no nos deja luchar.
La derrota llega cuando no conseguimos algo que deseamos mucho. El fracaso no nos permite soñar. Su lema es- no anheles nada y nunca sufrirás. Creo que si sufren y ese sufrimiento es peor del de sentirse derrotados.
La derrota termina cuando volvemos de nuevo al combate. El fracaso no tiene final, es una elección vital.
La derrota es para aquellos que, a pesar del miedo, viven con entusiasmo y fe.
La derrota es para los valientes. Solo ellos pueden tener el honor de perder y la alegría de ganar.
Sólo los derrotados conocen el Amor. Porque es en el reino del Amor donde libramos nuestros primeros combates. Y generalmente perdemos.
Hay personas a las que nadie a derrotado( salvo ellos mismos, que es la peor de las derrotas) son aquellas que nunca han luchado. Consiguieron evitar cicatrices, las humillaciones, el desamparo y los momentos en que los guerreros dudan de la existencia de Dios. Esas persona dicen con orgullo -nunca he perdido una batalla. Sin embargo, nunca podrán decir-he ganado una batalla. Pero eso no les interesa. Viven en un universo en el que creen que nadie logrará alcanzarles, cierran los ojos a la injusticia y al sufrimiento, se sienten seguras porque no necesitan afrontar los desafíos diarios de los que se arriesgan a ir más allá de sus propios límites.En definitiva, todo es puro teatro... porque viven en continuo miedo.
Los que nunca han sido derrotados parecen alegres y superiores, dueños de una verdad por la que no han movido un dedo. Están siempre al lado del más fuerte. Son como las hienas, que sólo comen los restos que el león desprecia.
En el silencio de la noche, afrontan sus batallas imaginarias: los sueños no realizados, las injusticias que fingieron no sufrir, o las que infligieron con cobardía,los momentos de cobardía que consiguieron disfrazar ante todos- menos ante si mismos- y el amor, que con un brillo en los ojos se cruzo en su camino, pero que no tuvieron el coraje de abordar.
Y se prometen-mañana será diferente. Pero el mañana llega y también la pregunta que los paraliza-¿Y si todo sale mal? Entonces no hacen nada.
El manuscrito encontrado en Acra- Paulo Cohelo
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