martes, 19 de agosto de 2014

Hay que abandonar el pasado para iniciar un nuevo camino


Aprendiendo a escoger

Un hombre con fama de santo vivía en el desierto, un día se acerco a él un joven.

- Padre, vendí todo lo que tenía y di el dinero a los pobres. Solo guardé unas pocas cosas para que me ayuden a sobrevivir aquí. 

Me gustaría que me enseñara el camino de la salvación.

El hombre santo pidió al muchacho que vendiese también las pocas cosas que había guardado y con el dinero obtenido comprase carne en la ciudad. Al regreso, debía traer la carne atada a su cuerpo.

El muchacho se extraño de la petición pero la obedeció. Al regresar, fue atacado por perros y halcones, que querían un pedazo de la carne.
- Ya estoy de vuelta - dijo el chico, mostrando el cuerpo arañado, mordido y las ropas en jirones. ¿Por qué me mandó hacer esto?
- Para mostrarte que lo que trajiste de tu pasado no sirve en tu presente. Cuando tengas que escoger un nuevo camino, no traigas experiencias viejas. Aquellos que dan un paso nuevo pero quieren mantener un poco de su antigua vida terminan desgarrados por los propios recuerdos.
Para adentrarnos en un nuevo camino, claro que llevamos como bagaje nuestras experiencias pasadas... pero solo como herramientas para enfrentar las situaciones nuevas, no como guía para enfrentar los retos. Todo camino tiene sus particularidades, intentar que ese nuevo camino tenga cosas del anterior es de hecho no haber abandonado el antiguo.

Todos los caminos nos llevan al mismo lugar, antes de dejar un camino meditemos bien si es eso lo que realmente deseamos.  Muchas veces es mejor continuar en el mismo camino... pero viéndolo con ojos nuevos y poniendo en practica lo que hemos ido aprendiendo.


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