Entre el Cielo y el infierno
El lugar de los pecadores
El rabino Wolf entró por casualidad en un bar; algunas personas bebían, otras jugaban a las cartas, y el ambiente parecía cargado.
El rabino salió sin hacer ningún comentario. Un joven lo siguió.
-Sé que no le ha gustado lo que ha visto –dijo el muchacho. –Ahí sólo hay pecadores.
-Me ha gustado lo que he visto – dijo Wolf. –Son hombres que están aprendiendo a perderlo todo. Cuando ya no les quede nada material en este mundo, no les restará más opción que volverse hacia Dios. ¡Y a partir de entonces serán excelentes hombres iluminados!
Todos estamos en el camino, todos a nuestro ritmo.
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