Después de sofocado el fuego empezó la labor de evaluación de daños, y un guardabosques encontró una ave calcinada al pie de un árbol, en una posición bastante extraña, pues no parecía que hubiese muerto escapando o atrapada, sino que simplemente estaba con sus alas cerradas alrededor de su cuerpo.
Cuando el asombrado guardabosques la golpeó suavemente con una vara, tres pequeños polluelos vivos emergieron de debajo de las alas de su madre, que sabiendo que sus hijos no podrían escapar del fuego, no los abandonó en ese momento crítico.
Tampoco se quedó con ellos en el nido sobre el árbol, donde el humo sube y el calor se acumula, sino que los llevó, quizás uno a uno, a la base de aquel árbol, y ahí dio su vida por salvar la de ellos.
¿Pueden imaginar la escena? El fuego rodeándolos, los polluelos asustados y la madre muy decidida, infundiendo paz a sus hijos, como diciéndoles: "No tengáis miedo, bajo mis alas nada os pasará".
Tan seguros estaban ahí tocando sus plumas, aislados del fuego, que ni siquiera habían salido de ahí horas después de apagado el incendio. Estaban totalmente confiados en la protección de su madre, y solo al sentir el golpe del guardabosques pensaron que debían salir.
Las personas que se creen que los otros animales no tienen sentimientos solo demuestran su ignorancia. Algún dia futuras generaciones se horrorizaran del trato que damos hoy a las otras especies. Hoy por hoy solo queda lamentar esta ignorancia y tratar a los animales que están cerca nuestro con el respeto que se merece todo ser vivo por el mero hecho de serlo. Antes el hombre era mas despiadado que ahora...esperemos que muy pronto podamos dejar atrás esta lacra que nos empobrece a todos...a unos por la ignorancia y a los otros por no saber ponerle fin.
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