lunes, 1 de septiembre de 2025

258- El Alquimista y la Quinta Montaña de Paulo Cohelo




 Ayer hice una maratón de audio libros, los dos de Paulo Cohelo.

Los había leído hace ya muchos años y los dos me habían conmovido.
Ayer fue diferente, ayer me di un baño de humildad.
El primero tiene una duración de 4h 28m el alquimista
El segundo tiene una duración de 6h 48m
Lo digo para que no te asustes de entrada 🙂
Tomate pequeños descansos, despeja la mente... estos libros remueven mucho.
Casi mejor escucharlos a solas... y si acaso después comentarlos.
Si, las enseñanzas espirituales están.
El primero es el relato de las aventuras de un pastor en pos de su sueño.
El segundo es un relato bíblico de la vida del profeta Saul.
Todo llega cuando tiene que llegar, una vez más se ha cumplido.
Necesitaba escuchar otra vez las palabras... muchas habiéndolas leído no "las había visto"
Afortunadamente en estos años algo he aprendido.
Los dos, el pastor y el profeta: dudan, tienen miedos, se enfurecen, no entienden, sus decisiones provocan dolor en otras personas... y aprenden por medio de sus errores, frustraciones, iras e impotencias.
¡Lo que cuesta aceptarse y sentirse en paz con uno mismo!
El pasado, si no lo dejamos atrás, condiciona nuestro presente.
Si, hemos errado, hemos dañado y hemos aprendido... hay que volver a intentarlo desde cero. Algo de lo vivido nos ha quedado, con este nuevo conocimiento hay que empezar de nuevo.
El que me ha costado más de digerir es el segundo.
Algunos tramos me resultaban muy pesados, además me molestaban las indecisiones, dudas y certezas del profeta.
Hasta que he tenido que reconocerme en ellas.
Lo que nos provoca malestar en el mundo es el efecto espejo, que es nuestro reflejo... y nos cuesta reconocerlo.
Primero intente escucharlos... en segundo plano, como música de fondo mientras me distraía con juegos sencillos en la Tablet.
Me cuesta fijar la atención en algo concreto y necesito hacer algo con las manos... muchas veces me va bien, tengo a la mente entretenida en el juego y mi conciencia aflora más fluida. Es como poner el vehículo en automático mientras yo puedo meditar sobre el paisaje y lo que me sugiere.
Pero esta vez he tenido que retroceder, parar la Tablet y concentrarme en el mensaje de las palabras... en cada etapa de nuestras vidas estamos en un determinado nivel de comprensión... para más comprensión es necesaria más atención.
No, no estamos aquí de vacaciones.
Estamos aquí para mejorar.
Y la Vida... Dios o los Dioses... nos van guiando.
Me gustan los finales felices... ahora comprendo más lo de que, el final feliz, acaba siendo la comprensión, la sabiduría y el amor que manifestamos en nuestras decisiones.
Comprendo más: el papel de nuestros ancestros, las causalidades que tomamos por casualidades... hasta que comprendemos, la enseñanza en lo que creemos errores... y aunque se que en todo momento doy lo mejor de mi misma... estoy condicionada por las circunstancias, conocimiento y sentimientos... no en todo momento manifiesto mi versión más elevada.
Es la frecuencia de vibración lo que marca la diferencia.
Nuestra frecuencia fluctúa entre dos polos... y poco a poco, experiencia a experiencia... vamos elevándola.
Me horroriza la barbarie... y la padecemos desde nuestros albores.
Evitarnos sufrimientos es un acto reflejo del ser humano.
Por miedo a sufrir nos construimos un refugio que creemos nos protegerá ( personas, situaciones y posesiones)... y claro, el refugio en realidad es una cárcel que nos limita.
Por ello existen los hechos inevitables, que nos obligan a salir de nuestra zona de confort y enfrentar la realidad del momento.
Llegamos a nuestros límites y no nos queda otra que superarnos.
Al final, como le dice el ángel a Saul, nadie muere. Se refiere a la inmortalidad del alma, naturalmente.
Me siento mejor conmigo misma.
Dentro de un cierto tiempo he de volver a escucharlos.
Soy consciente de que hoy me amo un poquito más que ayer... soy consciente de que me veo y veo al mundo con un poquito más de claridad.
Una vez un gran sabio vio llegar a uno de sus discípulos caminando con gran dificultad y muestras de dolor en el rostro.
Al llegar junto al maestro, este le pregunto el motivo de tal situación.
El alumno mostro al maestro sus zapatos llenos de guijarros puntiagudos.
Al preguntarle el motivo de tal barbaridad, le dijo que por el sufrimiento se alcanza el conocimiento.
El maestro reconoció la verdad de sus palabras... para acto seguido comentarle que no es necesario.
Leído en la red. Créditos a quien corresponda.
Ojalá pronto podamos erradicar las barbaridades, porque comprenderemos que no son necesarias para alcanzar el conocimiento.
Podemos comprender por el dolor recibido que dañar es malo... o podemos comprender por el amor que sentimos que dañar es malo.
Te agradeceré comentes y compartas mis reflexiones, juntos aprendemos. Muchas gracias por tu atención.
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