martes, 15 de febrero de 2022

¿Zanahoria, huevo o café?




He sido zanahoria y huevo tantas veces, que por fin he comprendido que solo el café me beneficia.

Había una vez un buen y sabio hombre, que era cocinero.

Su hija, su bien mas preciado, se marchaba a estudiar lejos de casa. 

El dia de la partida, antes de ir a su trabajo, el hombre le solicito a su hija que justo antes de marcharse, se pasase por  el restaurante donde trabajaba.

Cuando la hija llego, su padre la llevo hasta un rincón de la cocina... donde había tres ollas de idéntico tamaño, con agua hirviendo. En la primera el hombre vertió zanahorias, en la segunda huevos... y en la tercera granos de café.

Extrañada le pregunto que significaba aquello... el padre le pidió un poco de paciencia.

Al rato saco los huevos... estaban completamente duros. Las zanahorias, cuando las saco estaban blandas. El café seguía intacto... solo que desprendía un intenso aroma.

Muy serio, con toda la solemnidad de las grandes ocasiones... y con todo el amor que sentía por ella le dijo: -Hija mía, hoy te marchas de casa, ya no estaremos a tu lado en todo momento. Quiero que recuerdes lo que voy a contarte cuando la vida te golpee.

En la Vida te encontrarás con situaciones muy difíciles y dolorosas. Los huevos, tan frágiles, al sufrir el agua hirviendo se han convertido en huevos duros. Las zanahorias, que eran duras... se han reblandecido... solo el café se ha quedado intacto y además nos ha obsequiado con su aroma y sabor.

Ante las dificultades de la Vida, tu reaccionaras del mismo modo... puedes endurecerte para no sufrir... guardar el recuerdo del dolor permanentemente, castigar a quienes te lo hayan infligido y quizás también a otras personas... y endurecer tu corazón. Puedes asustarte tanto por lo vivido... que perderás tu fortaleza... y vivirás permanentemente asustada y a merced de quienes te quieran herir... que, si hija, encontrarás personas que lo hagan... o lo intenten. O puedes ser como el café... te dolerán los golpes... pero no perderás tu esencia. Además, aun en las peores circunstancia enriquecerás tu entorno.

La hija comprendió el mensaje, abrazo a su padre y se fue a vivir su vida. Nunca olvido las sabias palabras en los momentos difíciles. 

Hace muchos años que deje la juventud y la madurez... he sido huevo y zanahoria muchas veces. Ahora estoy aprendiendo a ser café.

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