lunes, 1 de septiembre de 2025

251- No tenemos nada mas que lo que sabemos... y esto va cambiando.



 No tenemos nada mas que lo que sabemos a nivel consciente y nuestras conclusiones de las experiencias vividas...hasta que somos capaces de conectar con la sabiduría interior... y nuestro conocimiento se va expandiendo y enriqueciendo sin limites.

Limitados a la información que recogemos, que llegan a nuestros oídos y ojos, sin haberlos, conscientemente, muchas veces elegido... y con las conclusiones de las experiencias vividas, nuestro conocimiento y finalidad de la Vida es muy reducido.

Nos forjamos cada uno una concepción propia del mundo... que puede dejarnos: indiferentes, deprimidos, impotentes, preocupados, indignados, colérico, tranquilos, contentos, entusiasmados...
Cada una de ellas nos hará ver el mundo de una forma distinta.
Vemos el mundo tal como procesamos la información que recopilamos en él... y en este proceso intervienen diferentes factores (creencias, genero, edad, experiencias...) reaccionamos en consecuencia a todo ello.

Hay quien se cree la información que le llega, sin complicarse la vida en cuestionarse su veracidad... sobre todo si lo que interpreta ya coincide con lo que desea... o se le ha educado desde la infancia a unas determinadas ideas.

Hay quien busca en varios lugares, se cuestiona... y decide aceptar una realidad, sin ser consciente de que, muchas veces, coincide con su interés.
Es como si buscásemos corroborar lo que creemos. La mente es muy buena buscando razones para justificarnos.

Hay quien crea la información que recibe la mayoría, con la clara intención de manipular sus percepciones.

Hay quien es conscientes de que la información recibida puede ser sesgada o directamente el propósito es la manipulación... bien por como íntimamente ve el mundo quien la trascribe, bien porque conociendo la realidad última... la esconde o tergiversa usando subterfugios que a veces no podemos identificar... y le crece la desconfianza en todo.

De ello que no podemos ser nunca, por más que lo deseemos, perfectamente imparciales ni conocer completamente la verdad. Tenemos lo que damos por cierto... incluso el miedo.

Quienes se cuestión la validez de la información recibida, usan la mente de manera consciente, no impulsiva... el nivel de madurez mental es distinto en cada uno... estas personas son menos susceptibles de ser manipuladas externamente.


Muchas veces no somos conscientes de que por encima del razonamiento mental existe nuestra sabiduría interna, que no tiene nada que ver con la información externa.

Cuando una información nos provoca la necesidad de actuar de manera apremiante, nos causa una gran indignación o una alegria inmensa... nos causa una gran conmoción... es muy prudente tomarnos un tiempo para recapacitar, para serenarnos, para recabar más información.
Una formula muy eficaz de manipulación es apelar a nuestras emociones viscerales.

Si no es un peligro inminente, antes de reaccionar instintivamente es mejor pararnos y recapacitar.
Evitaremos ser manipulados, si esa es la intención que se esconde detrás de la noticia.
Cuando actuamos instintivamente bloqueamos el raciocinio... y muchas veces luego lo lamentamos.
Es muy bueno contar hasta diez... vencer la inercia de la reacción instintiva.


Es bueno prestar atención a si se ha despertado una alarma interna... se trata de algo muy sutil... es ese algo que nos avisa de que hay algo que chirria. El cuerpo nunca miente.

Si pese a todas las evidencias, algo nos advierte de que no es lo que parece, ponemos más atención para intentar averiguar que és lo que se nos escapa.



Podemos ser conscientes de los perjuicios ocasionados por una conducta dañina, justos en el trato del hecho... y a la vez compasivo, por ejemplo.
Esta compasión no es ni tolerancia ni debilidad.
Es elevar nuestra conciencia más allá del nivel puramente mental de los hechos... y tomar en consideración aspectos que nos dan más perspectiva.
Es reconocer que la ignorancia, en mayor o menor medida, la padecemos todos... y que a menor nivel menos responsabilidad última.
No le exigimos la misma responsabilidad a un niño que a un adulto.
Es reconocer que determinadas circunstancias pueden haber influido mucho en los hechos.

No se trata de castigar, a todos por igual, de un mismo hecho, sin tener en cuenta consideraciones varias.
Se trata de enseñar los conocimientos que no se poseen, responsabilizar de las consecuencias asumiendo los daños... y proteger a las victimas y futuras victimas.
Todo, al mismo tiempo.
Las decisiones tomadas desde la conciencia almica no nos provocan conflictos internos. Las tomadas desde la mente, muchas veces si.

El castigo ciego adoctrina, la enseñanza se logra mediante el entendimiento y asumiendo la responsabilidad por las consecuencias de nuestras acciones.

La doctrina es de obligado cumplimiento, se este o no de acuerdo, por temor al castigo.
La enseñanza, pudiendo ser de obligado cumplimiento la norma, es la comprensión de las consecuencias más allá de uno mismo y de que la finalidad es el bien común en la sociedad que rigen.

Una vez comprendido, cada uno es libre de sus elecciones y responsable directo de sus consecuencias.

En el razonamiento mental se dan las emociones viscerales... que nos nublan los sentidos.
Nos deshumanizan. Nos separa en grupos enfrentados... pudiendo llegar a cometer verdaderas barbaridades.
El conocimiento recibido desde la infancia puede ser muy sesgado por ideologías diversas que no tienen en cuenta el bien común, la protección de los débiles y el respeto.
Es la individualidad mental confrontada con la comunión espiritual.

El razonamiento espiritual nos aporta mas perspectiva, nos hermanamos.
A nivel de almas no hay rivales.
Comprendemos que no todos estamos en el mismo nivel de conocimiento, pero no por ello nos vemos como grupos enfrentados.
Todos estamos en diferentes grados de evolución y consecuentemente nuestras conciencias no estan igual de desarrolladas, con el tiempo y más experiencias ya iremos evolucionando.
El bien común, la protección de los débiles y el respeto forman parte, siempre, de este razonamiento.
Al finalizar el aprendizaje acabamos todos en la misma meta.
En este nivel contemplamos la paz de espíritu, más que la justicia ciega.
La alegria más que el placer.
La solidaridad más que el egoísmo.
El respeto por encima del autoritarismo.
La paciencia más que la impaciencia... y no lo hacemos por grupos, son decisiones individuales.

Todo lo que experimentamos, nos provoque reacciones viscerales o sentimientos elevados... es el amor manifestándose en diferentes grados, para por medio de la experiencia y el razonamiento aumentar nuestra comprensión.

A más amor más comprensión, plenitud, alegria y unión.
A menos amor más dolor.
Nos movemos, interactuamos, en tres niveles de conciencia: el físico, el mental y el espiritual... pero de hecho solo hay uno, el espiritual. Los otros dos son sus herramientas.

El dolor, es triste pero cierto, es nuestra guía más habitual.
Todos aspiramos a la plenitud... el dolor es lo que nos impele a buscarla.
Tenemos la eternidad por delante para lograrlo.

Quienes actúa desde el nivel mental, son incapaces de comprender la inmortalidad y el amor como inicio y destino ... acabaremos todos comprendiendo que todos los caminos acaban en él.

Lo perecedero no puede comprender lo imperecedero.
El nivel físico y el nivel mental son perecederos, están ligados a la duración del cuerpo... al que da vida el espíritu o alma.
La mente, al ser perecedera, sufre la agonía de lo que cree inevitable, su extinción... esta diseñada para sobrevivir a los avatares que enfrenta.
No concibe, no le cabe en la cabeza, que es una manifestación del espíritu, ella se percibe como una individualidad.
Solo reconoce su ego momentáneo.


Es incapaz de comprender que és el mar manifestándose en cada una de las efímeras olas que: han sido, son, seran e incluso no llegaran a materializarse nunca... eternamente y sin perder la esencia de cada una de ellas. Su conciencia es muy limitada.

Justo cuando la ola se desvanece en la orilla, recuerda que nunca ha sido la ola... siempre ha sido el mar.
La iluminación, la comprensión del Ser, siempre llega.

Hay momentos, por fugaces que sean, que nos sentimos hermanados con todo... y son maravillosos.
Son los momentos en que el amor se manifiesta plenamente.
Se manifiesta en una caricia, una palabra, un gesto, un sentimiento, algo... un paisaje o una música que nos conmueve... es una comunión de almas.
Cuando manifestamos amor puro... no tenemos la sensación del paso del tiempo... es un momento eterno y completo.

Anhelamos permanecer en este estado fervientemente, pero la mente nos arrastra hacia sus limitaciones y miedos... hasta que la trascendemos.
Llegaremos, todos llegaremos a alcanzar permanentemente este estado.
No es una esperanza ilusoria, esta esperanza es la fuerza que nos impele a aumentar nuestra vibración.
Es la que nos mantiene en medio de las zozobras y desesperanzas mentales.

Hoy, que se vive mucho desde la mente y se valoran los bienes perecederos y la fama... hoy que la muerte se teme porque es un hecho inevitable... hay mucha confusión mental.
La mente vaga errática en un mundo que no comprende, que le asusta y le hace sentirse vacía.
La vida, en realidad, no le parece que tenga sentido... y esto la desespera.
Nace, crece, se reproduce en el mejor de los casos y muere.
Sin el espíritu, el dador de Vida, nada tiene sentido.

Cuando nos sentimos plenos... trascendemos la sensación de la fugacidad del tiempo... porque para la eternidad el tiempo no tiene ningún sentido.

Somos la Energía consciente primigenia manifestándose.
No ha sido creada, ella es el inicio de toda manifestación.
Ni se destruye, lo no creado no puede ser destruido.

Te agradeceré comentes y compartas mis reflexiones, juntos aprendemos. Muchas gracias por tu atención.
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