Lo cierto es que no es tan difícil... más que exigir el reconocimiento de minorías, religiones, géneros, ideologías... lo que tendríamos que exigir es el fin de las desigualdades... en todos los casos.
Hay desigualdades en todas partes, no hay que dirigir la mirada tan lejos ni clasificar a victimas según percepciones.
Vivimos en una sociedad que necesita de algún tipo de regulación para poder organizarnos.
Todos queremos nuestros derechos... y esto implica que tenemos que cumplir con nuestros deberes.
Si los derechos y los deberes son iguales para todos... se acabo el problema.
No valen las excepciones por índole religioso o cultural.
No vale que los intereses económicos prevalezcan sobre los éticos.
El respeto ha de ser la norma...
Respeto a la libertad del otro, respeto a la igualdad, respeto a los demás seres que habitan el planeta.
Esto implica que todos tengamos las necesidades básicas cubiertas, que nadie imponga a nadie sus creencias, que no abuse de su posición y que no hayan excepciones.
Esto si que tendría que unirnos en un objetivo común.
Quienes no se adapten que queden marginados completamente.
Nada de tratos comerciales o de cualquier otra índole, nada de visitas turísticas a sus territorios, nada de ayuda humanitaria... ni de acogimientos, salvo en casos muy concretos... por ejemplo que un determinado territorio deje de ser habitable por causas naturales.
Si, esto último es muy duro... pero el primero que tiene que luchar por sus derechos es el que no los tiene reconocidos.
La ayuda humanitaria a acabado siendo un mercadeo de ladrones, se quedan los tiranos, para su beneficio, lo que es enviado para paliar sus desmanes... y también se aprovechan muchos de los que canalizan las ayudas, para su beneficio propio.
Los tiranos tienen como rehenes a sus súbditos y someten a chantaje con ellos al resto.
Impera la manipulación y el terror para controlarnos.
El buenismo que se practica hoy está enfermo.
Defiende los derechos de los que considera marginados... muchas veces provocado por comportamientos depredadores de grandes potencia... pero acepta, por ejemplo, la desigualdad de genero en base a sus costumbres.
Las mujeres valen menos que los hombres, los homosexuales han de ser aniquilados, quienes no profesan mi religión también aniquilados.
No, esto no es defender a los marginados.
Esto es pura ignorancia.
Llegan al absurdo estos buenistas de validar que se les extermine a ellos mismos.
Hoy hay mercados de esclavos, literalmente y mentalmente.
Hoy hay esclavos de todo tipo que no necesitan ser vendidos en los mercados, porque sus condiciones de vida ya los tienen prisioneros.
Hoy hay muchas personas que exigen sus derechos... pero no cumplen con sus deberes.
Hoy hay personas que su placer consiste en abusar, torturar y matar a niños, hombres y mujeres... se mercadea con el dolor ajeno.
Hoy hay prepotentes que se creen superiores al resto... se han instalado en lugares de poder para así poder disfrutar de privilegios que dicen muy poco de su ética.
Hay muchas maneras de controlar a las masas... y hoy se usan todas.
Desde la seducción, la mentira, el engaño... al terror, todo vale.
Respetar las barbaridades, en base a la libertad y la ignorancia, es prostituir esta sagrada palabra.
Negar el conocimiento a quien no lo tiene, es otra manera de manipular muy efectiva. Cuanto más ignorantes más manipulables.
Hoy las clases dominantes están cayendo cada vez más en el descredito. Su ignorancia en el mejor de los casos o su desvergüenza son las causas.
Estamos llegando a un punto donde el fin de una forma de vida se percibe como muy cercano. Cuando el aire huele a podrido, hay que renovarlo... hay que abrir las ventanas para que entre aire fresco y limpiar hasta el último rincón... antes de que enfermemos.
Nadie está en posesión de la Verdad, cuantas más voces honestas y preparadas se unan, más nos acercaremos a ella.
La ética, el honor, la sabiduría o la solidaridad justa, hoy son usadas para auto proclamarse adalid de ellas.. pero son los propios actos de quienes lo hacen, quienes los corroboran o desmienten.
No soy de derechas ni de izquierdas. No soy mejor o peor que nadie... si reconozco que nuestro nivel de conciencia es muy variable. No me alegro de las desgracias ajenas.
No ignoro al necesitado... y no me dejo acusar de poco solidaria por quienes utilizan su cuestionable ideología, su cuestionable poder o su cuestionable sabiduría para imponerme su criterio.
Lo cierto es que no es tan difícil... más que exigir el reconocimiento de minorías, religiones, géneros, ideologías... lo que tendríamos que exigir es el fin de las desigualdades... en todos los casos.
A quienes no cumplan con los preceptos dados entre todos, para el bien común, se les intentaran explicar y razonar las ventajas.
Si, ejerciendo su libertad personal se niegan a ello, no son merecedores de ningún derecho del que disfruten quienes contribuyen a él, hasta que, si quieren integrarse, cumplan con su parte del trato.
Cumplir con la palabra dada, refrendar el honor y la ética personal con los propios actos, poseer conocimientos y sabiduría para utilizarlos... y el respeto propio y ajeno... tendrían que ser los requisitos mínimos para todo aquel que se crea digno de algún cargo.
La ignorancia es muy osada y el infierno está lleno de buenas intenciones.
Cambiar el paradigma imperante es un trabajo individual con repercusiones colectivas.
Hay que predicar con el ejemplo... las palabras sobran ante la contundencia del hecho.
Te agradeceré comentes y compartas mis reflexiones, juntos aprendemos. Muchas gracias por tu atención.
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