La maldad no es un defecto... es una enfermedad, patología o como quieras llamarlo.
No puede justificarse con costumbres de un grupo, país o religión.
Cuando alguien encuentra justificación en dañar a otro ser... incluso encuentra placer en dañarlo, su parte emocional está afectada en diferente grado.
Un ser humano sano (física, mentalmente y emocionalmente) siente empatía... que es la capacidad de poder colocarse en el lugar del otro.
Nadie emocionalmente sano encuentra placer en ser maltratado... pero si lo puede justificar alguien solo mentalmente sano.
Estando esta persona enferma, no por ello es necesariamente inconsciente de sus actos, ya que su parte mental si está activa... pero al estar dañada la parte emocional, no puede evitarlos. Es por ello capaz de justificarse y disfrutar de una atrocidad.
La venganza y la brutalidad solo es posible cuando se pierde la empatía y el raciocinio está condicionado.
Si una autoridad de mayor rango para tu percepción la promueve... y tú la asimilas como buena: la venganza, la brutalidad, la tortura y la muerte ajenas... tu empatía está distorsionada y no has alcanzado la madurez emocional.
Eres tu en última instancia quien responde por tus actos, eres tú quien acepta que otros te den órdenes y las das por buenas.
La madurez emocional no es lo mismo que la madurez mental.
Con la emocional somos capaces de discernir el bien del mal sin condicionantes.
Con la mental somos completamente operativos en muchos aspectos pero nos falla la parte más valiosa del Ser humano.
Somos cuerpo, mente y espíritu, un ser humano maduro y sano, tiene sus tres partes bien integradas.
La de mayor rango es la espiritual.
La maldad, siendo enfermedad, no por ello ha de ser justificada.
Bastante conoce hoy la ciencia como tratar las disfunciones emocionales y mentales.
La finalidad ha de ser curar y enseñar al ignorante... no podemos respetarle costumbre ancestrales que no respetan la carta de los derechos humanos, que han sido un gran avance en la evolución humana.
Hay que valorar el grado de reintegración en la sociedad, sin falsas políticas buenistas. Una manzana podrida, acaba pudriendo todo el cesto.
Hoy, nuestra sociedad se enfrenta a una grave amenaza.
En algunas personas, su madurez emocional... sin llegar a la maldad, está muy distorsionada.
Su madurez mental justifica el imponer sus razones y sus deseos, en base al bien común... o al suyo propio, según su propio criterio... según su percepción del mundo desde un ego desmesurado.
El cuerpo y la mente forman parte del mundo físico y perecedero. La madurez mental no comprende la permanencia, porque las partes física y mental no la poseen.
Se centra en lo perecedero... las posesiones materiales, el poder y el placer.
De ahí que justifique la satisfacción propia como prioridad.
Se niega a reconocer que no le provocan la plenitud... La satisfacción egoica es una percepción de la individualidad y la caducidad.
No reconoce de forma consciente su parte emocional... pero no por ello deja de buscar la satisfacción plena y se siente frustrado.
La madurez emocional es la cúspide de la pirámide del Ser humano.
Cuando la alcanzamos, nuestro nivel de percepción de la realidad se agranda sin límites... trascendemos la barrera de lo perecedero.
Reconociéndonos como individualidad nos reconocemos también como parte del imperecedero Todo.
El miedo, el dolor, la angustia, el desespero, la venganza, la maldad, la soledad... solo son posibles desde nuestra percepción mental.
El amor, con todas sus manifestaciones ( alegría, generosidad, respeto, humildad, solidaridad...) sólo pueden ser percibidas conscientemente desde el espíritu. Alcanzamos un bienestar, una plenitud y una calma que no podemos alcanzar desde el mundo mental.
El mundo mental sabe de sus carencias, aunque se las niega, las intenta suplir con diferentes placebos.
Nunca alcanza la satisfacción plena.
Esto explica la grave amenaza que enfrentamos. Una parte de nuestra sociedad no ha alcanzado la madurez emocional.
Su carencia se manifiesta en todos los males que, no siendo naturales, nos asolan.
El egoísmo, la prepotencia, la insatisfacción, la envidia, la tiranía, el engaño, el control ... campan a sus anchas.
Cuando alcanzamos el nivel espiritual, por más que suframos y nos duelan estas actitudes, sabemos que son parte del proceso evolutivo humano, son parte de la experimentación del amor a través de todos sus grados.
En la vida no hay casualidades, hay causalidades. Toda experiencia conlleva una enseñanza.
La Energía ni se crea ni se destruye, solo se transforma.
La mente reconoce que, como nos dice la física, todo es energía vibrando a diferentes frecuencias... pero no ha alcanzado la comprensión plena del significado.
La comprensión plena se comienza a alcanzar cuando nuestra conciencia alcanza el nivel espiritual, antes nos es imposible aceptar los conceptos de infinito y eternidad, los negamos fervientemente.
Como es arriba es abajo, nos dicen quienes han llegado a este estadio de comprensión, en un grado muy elevado.
El proyecto de esta realidad, desde su inicio hasta su conclusión, se rige por las mismas leyes.
No puede ser factible de ninguna otra manera... el edificio se vendría abajo.
Einstein nos lo dijo " Dios no juega a los dados" todo está perfectamente pensado y estructurado.
Somos La Energía pensante infinita y eterna, incapaz de ser comprendida con las limitaciones de la mente humana, manifestándose aquí y ahora.
Por poner un símil, somos el mar manifestándose en cada una de las olas que hemos existido, existimos, existiremos o no llegaremos a ser manifestadas... sin tener plena conciencia de ello mientras nos manifestamos como olas.
Si no alcanzamos la madurez emocional mientras nos experimentamos como ola, la alcanzaremos cuando nos desvanezcamos en la orilla... y la realidad se imponga.
Si logramos alcanzarla mientras nos estamos manifestando como olas, ya somos plenamente conscientes de que somos el mar disfrutando conscientemente de ser la ola... y todas las olas.
El TODO está en todo... y así mismo todo es EL TODO. Esta es la gran verdad. El Kybalión
Cuanto más alta es la vibración mayor nivel de conciencia.
La energía de más alta vibración que conocemos es el amor.
El amor ni se crea ni se destruye, solo se manifiesta.
No hay razones que valgan para amar... se siente amor o no se siente, es completamente ilógico... porque la lógica es cosa de la mente.
Podemos manifestar amor y alejarnos de quienes amamos, por diferentes razones.
Te agradeceré comentes y compartas mis reflexiones, juntos aprendemos. Muchas gracias por tú atención.
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